Escucha las palabras de su hija y de su hermano, poniendo atención y acariciando el cabello de Dasha con ternura buscando su mirada mientras su tío la cargaba.

—Hazle caso a tu tío, mi vida. Él es sabio y tiene razón en lo que dice. Vivian es tu mejor amiga y cuando deje de estar molesta te buscará. Podrías escribirle algo para que desahogues tus sentimientos, mi cachorrita. Pero llora y deja salir lo que sientes; así te senriras mejor—.

– Dale un poco de tiempo, si ella no te busca, acércate lentamente, hazle saber que te importa, alguna carta expresando tus sentimientos, comida o quizás algún juguete, algo para que ella vea que no fue tú intención si algo malo cometiste o que no tuvo malicia. –

Sonríe tenuemente, cruzando sus brazos y mirándola a los ojos para darle seguridad y calma.

— D-Demo . .
-Su Tío era el hombre más sabio aparte de papá que había conocido , asintio lentamente pero para Dasha sus emociones aún incontrolables le afectaban demasiado , solo sentía un vacío inmenso en el pecho, sus lágrimas parecían querer llenarlo más era imposible. Se le abrazo con calma para sostenerle del cuello, mientras reposaba su mejilla contra ese torso.-
— ¿C-Como puedo arreglarlo? .. Viví es mi mejor amiga..

– Dashita, no creo que Vivi se haya enojado, y si lo esta, dale su espacio, cuando se calme, ella misma te buscara o tú misma busca resolver las cosas, debes aprender que los mal entendidos son comunes en la vida, en especial cuando suceden sin haberlo buscado, Ven aquí. –

La carga y luego la lleva a los brazos de su madre.

– Si quieres llorar, hazlo, nunca es bueno contenerse, hay que dejar salir los sentimientos de tristeza que tenemos. –

— E-Es que..es que..
- Gimotea intentando darse a entender, pero sus mejillas seguían manchadas por esas lágrimas que se unían entre la barbilla hasta gotear directo al suelo.- — Es que..A-Ah creo que Viví se enojo conmigo. Y - Y Dasha hizo mal..

—¡Dasha! ¿Qué te ocurrió?—. Había llegado corriendo muy preocupada al verla y escucharla llorar, se colocó al lado de su hermano para acercar a Dasha a sí misma.

– ¿Dashita...? ¿Qué ha pasado...? –

Se acerca frente a ella, para ponerse en cuclillas, tomar su rostro con sus manos y secarle las lagrimas con sus pulgares, al acariciarlos sobre la zona inferior de sus ojos.