« Back to Album · Next »
Silencio, precipitante como la legua en fragua que su espiritualidad le concebía. Sus ojos, con ese fulgor tan reluciente presentían inyectados de sangre el derrumbamiento de la torre a la distancia. Ausenciado bortó tristeza de sus ojos, oscilante a la embargueza de su respiración hundiéndosele en el pecho cómo aurea boreal en la intrínseca mirada tenue que se desvanecía hacia el bosque. Bosque repleto de adversidad. Dónde pisasen los aventureros más avezados terminarían por llevarse su sobredosis de perdición esotérica. Salai no era la excepción, quién tumbado de bruces (...)
 
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
DanHarper · 100+, M
Tan solo tierra árida y seca, hasta dónde la mirada llegaba. Y más allá, dónde se funden el horizonte plomizo y las débiles ondulaciones de la campiña tampoco hay mucho más. Es un desierto verde ópaco, sepulcro de innumerables troncos secos. Alimentó sus ansias con la idea de cazar ciervos sedientos y moribundos. Podía sentir pena por ellos de algún modo: Iban por ahí, dando tumbos sin encontrar oasis alguno que diese tregua a sus penas animales.

Camina por el bosque, cuidadoso de dónde pisa. Alguna vez, él mismo cayó en la trampa de otro cazador: Constantemente cambiando la dirección en que mira, atento a dónde está, y como su entorno muta. El sónido de las ramas secas y el de las hojas siendo aplastadas registrado. Permuta entonces, esperando a la aparición de una presa: sólo ve zorros merodeándolo. Pero su carne es demasiado fibrosa, escasa y son escurridizos. Perdería tiempo y flechas.
 
Send Comment

Add a comment...
 
Send Comment