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Guardias, guardias por todas partes. Se posaron en las tejas de los bellos pilares en Poisth, inclinaron sus armaduras en pos-contra de la fuente principal, y se hicieron presentar antes de que los heridos se convirtieran en cadáveres postrados sobre filas y filas de sangre, enmedio de una carretera hecha polvo, y lastre de color cartón.
 
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DanHarper · 100+, M
Presentaba cortadas simétricas, denotaba la rabia de años de insolente desespero, presumía de una mandíbula bien firme, de ojos verdes. Cabello engrasado, con sangre, tendido hasta la armadura y unión con los hombros. Fingía serenidad, con rabia. Comía sus labios con los mordiscos que los dientes le permitían. Era él.

El desconocido se levantó del asiento.
El cantinero frunció el ceño, levantó la mirada.

Su antagónico cruzó por las mesas de los clientes, siendo el centro de atención, desapareció en la multitud, pero volvió a mostrarse, frente al posadero, quién hundía sus manos sobre la parte inferior de la mesa, como si buscase librarse del dominante desconocido.
 
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