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—No lo haré! —Dijo en voz alta mientras se alejaba, sacudiendo su mano hacia a él en señal de despedida. Caminó entonces por el ya acentuado caminito entre la hierba hacia el templo.

—Hasta luego, Dae! —
DaemonSgathan · 22-25, M
─Bien bien, con cuidado, y nada de perderse─

Levantaría entonces la mano el albino demonio esperando que ella saliera del lugar, o al menos girara en dirección a la casa donde ella vivía, el no tenía deseos de acercarse a aquel lugar, no era algo que pudiera controlar por ahora y en realidad lo ultimo que deseaba era que sus instintos le llevaran a desaparecer entre sus portales.

─Hasta después─
—Si me pides la mano, te la doy si la necesitas -Dijo ella tras terminar de acomodarle la pulsera. —Si quieres un ojo, una pierna, también. —No tenía idea de por qué decía estas cosas de manera tan desinteresada, pero sin duda, dentro de su corazón, sabía que si era necesario, le entregaba hasta el corazón de ser necesario.

Le sonrió complacida al confirmar él, que no perdería su regalo y ladeó ligeramente la cabeza, mientras le miraba.

—Lo sé, siempre cumples tus promesas —Respondió ella con calma. —Ahora, debo volver a casa. Pronto nos veremos, de acuerdo? y ten cuidado con los portales.—
DaemonSgathan · 22-25, M
─La dejaste en la casa del árbol─ Repitió levantó un poco los ojos intentando no girarlos, ya había dicho eso y en realidad aunque ella era descuidada le asombraba que no hubiera deducido el hecho de que había dejado la joya en aquel lugar, soltó un suspiró conteniendo el mal carácter pero sobre todo las posibles respuestas que pudiera dar, su lengua y cerebro no eran famosos por ser controlados.

─No voy a darte mi muñeca, mutilarme no esta en mis planes, ¿qué si yo te pidiera tu mano me la darías? ┴ Preguntó en juego tratando de molestar a la menor pero dejando que ella hiciera lo que le viniera en gana y tras eso solo notó como es que ponía la joya alrededor de su muñeca.

─Esta bien, esta bien puedo cuidarla... lo prometo ─
-No prestó atención al comentario de Daemon. La verdad, es que fingió no hacerlo, pues su padre de verdad le había dicho eso. Retrocedió, al verle buscar entre sus bolsillos y una sonrisa de gozo se formó en su carita, al ver la pulsera entre los dedos del albino.

—AH! la encontraste! —La tomó de inmediato y lo abrazó llena de gusto. —Pensé que ya no la encontraría, gracias Dae— La paseó entre sus dedos para verificar que estuviera en buenas condiciones, pero entonces, supo que habían pasado días desde que le vio la última vez, que temió en uno de esos días, no volver a verle.

—Dame tu muñeca— Ni siquiera esperó a que se la diera. Ella misma se inclinó y tomó su mano izquierda a la fuerza y la apoyó contra su pecho, para poder ponerle la pulsera con su nombre "Yuki" grabada en cursivas— Cuídamela, no la pierdas, es un regalo de mi, para ti. —y en ese instante, cerró el seguro y soltó su mano.-
DaemonSgathan · 22-25, M
─ La verdad es que he escuchado eso antes─

Replicó de mala gana el demonio mientras buscaba entre las bolsas de su saco un pequeño artículo brillante que hizo girar entre sus dedos, ahí tendría la pulsera de la chica y la atrapó en su palma izquierda, intentó mantener una sonrisa aunque para ser justos le dolía un poco el sonreír, sus juegos con los portales últimamente lo llevaban a lugares raros, tan raros que no recordaba haberlos visitado jamás.

─Se te quedó esto en la casa del árbol, deberías cuidar tus cosas o definitivamente vas a terminar por perderles─

Dijo no como regaño si no como consejo esperando que ella tomara aquel objeto de sus manos, había llevado eso en sus "viajes" y la realidad es que estaba esperando encontrarla nuevamente para entregarlo.
Soltó un suspiro de resignación al escuchar la justificación del albino. Colocó la pequeña manita con la palma extendida sobre el parche y sus ojos color miel, se quedaron fijos en los del albino.

—Ya no tienes que hacerlo.. me refiero a huir entre tus portales —Susurró con voz comprensiva, mientras una tenue luz se hizo presente entre sus dedos, que se perdió casi de inmediato debajo del parche hacia la herida, haciéndola sanar rápidamente. Había aprendido hacerlo hacía mucho, cuando un pajarillo se había caído de su nido luego de una tormenta y aunque el dolor fue insoportable, no dudó en hacerlo esta vez para él.

—Mi papá nos dio permiso de ser amigos. Dijo que si tu me cuidas, para él está bien—Le sonrió entonces con tranquilidad, antes de quitar su manita de la mejilla de él, para ese momento, ya estaría curada, procurando evitar mostrar gesto alguno, por el escozor que sentía en su propia cara-
DaemonSgathan · 22-25, M
─Para nada, solo estaba jugando con mis portales y cerré demasiado pronto uno de ellos, nada que no se arregle en unas horas─

Respondió de inmediato el albino con tranquilidad tratando de cerrar los ojos un poco para recuperar un color normal en ellos, mientras trataba de aminorar la herida acomodaba, con cierta vanidad, su ropa para asegurarse de tener un aspecto al menos agradable.
—Te lastimaste —Puntualizó la chica, señalándole la mejilla sangrante. Luego, buscó entre sus ropas un pañuelo y sin esperar permiso, se dedicó a limpiar la sangre seca que circundaba su herida-

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