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[ ¿Cómo quieres jugar? ¿Por regalos o busco a alguien que nos haga el favor de recibir nuestras cartas de elemento y que nos de un veredicto? (?) ]
Un alíen no claro que no.— Suprimía las ganas de reír por aquel comentario que mas temprano que nunca terminaría por responder para aplacar su curiosidad. Soy la primera nacida entre dos 𝐇𝐢𝐛𝐫𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐏𝐫𝐨𝐭𝐨𝐭𝐲𝐩𝐞𝐬.— Muchos no estaban familiarizados con el termino Prototype seres con habilidades sorprendentes que podían ser asemejados con Androides pero con habilidades dependiendo de como fueron creados.

Candy luego de explicar escucho con atención las reglas del juego, que pese a verse tan sencillo el riesgo de que se podía perder en cualquier movimiento lo hacia completamente siniestro. Muy bien me parece interesante.—

[Esta bien solo tú dime cuando comenzamos las rondas.]
— Si no provienes del infierno ¿Qué clase de ser eres? ¿Un ente cósmico del vacío quizás? —

Azrael, envuelto en su aura misteriosa, le mostró un juego de cartas elementales a la pelirrosa. Con voz siniestra, le explicó las reglas:

— Cada uno elegirá un elemento y la ronda determinará cuál es más fuerte. El vencedor será recompensado, pero el perdedor sufriría una penitencia ejemplar. Será un mero juego de azar. Así que cualquiera puede perder. —

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[ Podemos enviarnos regalos baratos con el elemento elegido, cuando ambos tengamos el regalo enviado lo podemos abrir y apreciar quién gana la ronda, o también podemos buscar a un tercero al que le diremos cuál es nuestro elemento, así se decidirá quién gane la ronda. Quien gane 3 de 5 obtiene la recompensa. ]
𝑬ra la primera ves que los miraba y se había convertido en un deleite para sus ojos, pero que hombre mas peculiar ¿De donde había salido? Le es tan extraño, a la ves le gusta que no sea uno mas de aquellos que eluden cuando ven ando distinto, sin temor.

Que curioso evocas el infierno cuando no provengo del, mas debo agradecer a yo amo mi sonrisa.— Poco a poco fue cerrando sus fauces regresando su anotamia gradualmente a la normalidad soltando un pequeño -Pock- sonido que simulaba una goma de chicle al explotar. Te he caído bien uhmm vaya y si te caigo mal seguro terminas aplastado.— Rio encantadoramente para asentir, le agradan los juegos.
— Ya sabes, siempre es un deleite contemplar cómo esos dientes despiden un brillo infernal y apreciar cómo tu lengua se retuerce con maldad, definitivamente tienes una carismática "sonrisa". —

En su retorcida manera, encontró extrañamente agradable la actitud despreocupada de la chica frente a sus palabras de burla. Aunque él arrojaba sarcasmos con la precisión de un cuchillo, ella no se inmutaba. Ese rostro radiaba una confianza desafiante y un orgullo irreverente. No importaba cuánto el albino intentara socavar su aparente dulzura, ella se mantenía firme, resistiendo con una determinación que lo intrigaba.

— Me caíste bien. ¿Te parece si jugamos algo tú y yo? —

Aquella mujer, con su arrogancia, despertó en Azrael un extraño respeto por esa capacidad de enfrentarlo con tanta calma. En ese momento, comprendió que había encontrado a una adversaria digna de su atención.
𝑩ostezaba agusto sin tener la mínima intención de ocultar su naturaleza, al sentirse orgullosa de los genes que poseía por sus progenitores; desfigurando su mandivula como si nada. Mis padres me pusieron ese nombre, pero mi nombre no define que soy.— Aclaro mirando al joven notando que el tampoco era tan "normal" como aparentaba.
Azrael, con su mirada gélida y un toque sutil de malicia en su sonrisa, se regocijaba en la ironía de la apariencia dulce que envolvía a la chica. Un rostro angelical, cabellos rosa que ondeaban como un halo celestial, y unos ojos cristalinos que ocultaban un misterio oscuro. Él, con su agudeza sobrenatural, intuía el ente corrupto que se escondía tras esa fachada de inocencia. Sus instintos sombríos danzaban alrededor de ella saboreando la perversidad que emanaba de aquella alma.

— No eres tan "Cotton Candy" después de todo. —


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