- - Girando sobre su asiento contemplaba todo el lugar, sin duda un lugar al que no esta acostumbrado pero que eso no le quita que es agradable. Entonces escuchó que no hay problema con el tiempo ni con alguna persona que se preocupe. Así que miro la cartelera y aprecio la gran variedad que disponían y pensó que ciertamente descansar un momento no esta mal. Además agrego a su pensar que es la mejor manera de agradecer tan amable ayuda, y que quizá no la vería en un tiempo, si es que se pueden encontrar por casualidad en la calle. Con una sonrisa pequeña pero sincera decidió que bebida pedir y que postre para acompañarlo - -

Permíteme invitarte en forma de agradecimiento por tanta amabilidad que me has compartido. Así que, tomemos un descanso y degustemos la comida dentro del establecimiento. Por mi parte pediré una malteada de chocolate y una rebanada de pie de manzana. Y ¿Qué gustas para ti?

𝓟ues Candy mostraba que no toda la esperanza esta perdida, aun existían jóvenes que eran cordiales con quienes le rodeaban, resaltando en ella la manera en que prestaba atención a los comentarios.

Ya estando en el establecimiento, rio con ligereza negando un momento a sus palabras. —El tiempo esta de nuestro lado, claro que, si quieres podemos pedirlas he irnos es solo que me gusta las que venden aquí.— Señalo la cartelera donde se mostraban todos los postres, batidos, incluso alimentos con decoraciones bastante ¿Tiernas? oh sacadas de un cuento para niños, dejando entre ver los gustos de aquella chica.

- - Siguiendo el ritmo de la caminata a través de calles y multitudes, presta toda su atención a sus comentarios sobre direcciones y cosas a tener en cuenta. ~ Suena bien, por tanto hablar la garganta se reseca. Oh, así es, aunque no le doy importancia. Así es la juventud, viviendo el momento a su manera ~ Mientras avanzan va observando con detalle todo lo que los rodea, para después caminar por ahí de forma más confiada.
En eso voltea a verla y nota el gesto de entrar al establecimiento. Entra junto a ella y observa toda la escena extrañado. Desconcertado en su tono de voz dice - -
Pensé que con bebidas sería alguna malteada y seguiríamos caminando por las calles. No pensé que entraríamos a un establecimiento. No quiero quitarte mucho tiempo, no sé si alguien te esté esperando y se vaya a preocupar por ti.

— Bien entonces primero vamos por las bebidas.— Confiada en sus habilidades y que siempre existe algún miembro de su familia al corriente de sus movimientos, podía estar segura en todo momento que si necesitaba ayuda, le seria brindada. — Con tus palabras me haces entender que te has topado con jóvenes un poco groseros.—

Avanzando entre las multitudes de personas, un cruce de calle y algunas paradas donde Candy tomaría el tiempo de explicar ciertas cosas, hasta ser divisado aquella tienda colorida que desprendía un aroma dulce que ocultaba el propio.

Hizo un gesto que indicaba que entraran juntos, empujando la puerta logrando que sonara la campanilla de la entrada. — " C.C ¡Bienvenida! mesa para uno" — Levanto la voz una camarera al reconocer a la menor, pero al momento que la vio acompañada cambio por una mesa de dos.

Alegrandose mucho por sus palabras, sonrió ampliamente, pues quizá había mal interpretado a la población local y su seriedad. Aunque sabe que no debe perder la idea de la educación y respeto, pues hay principios que se deben de seguir sin importar el lugar y el tiempo. Un adulto debe comportarse a la altura, sobre todo cuando trata con alguien respetable. - -

Muchas gracias, aceptare con gusto tu amabilidad. Y aprecio bastante tus palabras. En definitiva, ver buena educación en jóvenes.

- - Lo último lo hizo sentir un poco viejo, igual no fue la mejor elección de palabras pero esbozo una sonrisa por algún motivo - -

𝐌anteniendo la conversación fluida tomo la iniciativa para guiarle, no siendo para menos había comentado que era un viajero así que era entendible que no conociera la zona, sirviendo Candy como un GPS en ese momento. — Puedo enseñarle lo básico de esta ciudad, departamentos de seguridad, de venta de alimentos y claro alojamiento te vendría de maravilla saber esos pequeños tips.— Le informo con calma, negando tras oír el comentario de su apariencia, en ves de preocuparse por ella debiera notar que es muy llamativo que se encuentre con una menor.

— Tu apariencia esta bien el como te vistas no importa solo que seas tu o complemente tu personalidad.—

Si, así es, digamos lo así. Provengo de muy lejos y estaré un tiempo recorriendo estas calles y lugares.

- - Se sintió muy reconfortado al conversar con tan amable persona, ya que no ha tenido la oportunidad de convivir con alguien desde que llegó. Ya que la población de ahí parecía ser seria - -

Claro, tanto caminar no me ha dado tiempo de relajarme. Espero que mi apariencia no sea inoportuna.

- - Ya que su cabello era un desastre y su vestimenta, demasiado informal, usando sólo una camisa con estampado floral y una bermuda. Lo decía pues si acompañante mantenía un semblante más presentable y formal. - -

— Podría decir que eres un turista.— De su semblante nunca se apartaba aquella sonrisa, entendía con facilidad el hecho de que aquel hombre llegara por casualidad, una que a su favor, resulto por ser grata. — Esperare entonces poder verte a menudo por aquí ¿Quieres ir por algo de tomar?— Cuenta con el tiempo suficiente para poder tomar una merengada después de todo había salido de clases.

Así es, ciertamente no soy de por aquí, por lo cual no conozco de familias o lugares. Y fue que al pasar que note tu presencia y me atreví a realizar un comentario.

- - Recordó el cómo llegó ahí, por mera casualidad, mirando hacia todas direcciones. Pero de alguna forma emocionado - -

𝑴uy poco puede ver a un adulto balbucear, estaba acostumbrara a ver mas que todo a lo infantes hacerlo , era algo nuevo. — Eso quiere decir que soy la primera que conoces así que me alegra.— Corresponde a su sonrisa con amabilidad pasando a tomar unos de sus mechones de cabello.