𝑪on que su nombre era Isaac ahora sabiendo el nombre de ambos podía darse a entender que no eran extraños el uno del otro. — Que bonito nombre tienes Isaac.— Pronuncio con dulzura.

Descansando los codos sobre la mesa permitió que su rostro quedara recargado en sus manos, achinando un poco sus ojos he arrugando su nariz al sonreír en respuesta de su espontaneo comentario. — Eso piensas los chicos en el instituto dicen que es extraño.— Desde que comenzó sus estudios se ha topado en situaciones precarias por su cabellos desde tirones o que los profesores la interroguen pensando que es pintado. — A mi también me gusta tu cabello pareces una mora azul.—

Le aseguro entre el camarero regresaba con sus pedidos.