— Me alegra oír que este siendo de ese modo por lo que el sentimiento es mutuo.— Formulaba en su mente sutiles pero a la vez concretas palabras para mantener una conversación amena, lo que deseaba la joven en ese momento era lograr que perdiera aquel nerviosismo ella no le comería o le haría sentir mal, no a propósito.

Mientras le escuchaba hablar e tomaba de su taza el chocolate, atestigua las facciones en el rostro ajeno, el color de ojos y el de su cabello; parecía una mora azul con matices rojizos en sus mejilla. De verdad era encantador.

— Es amable de tu parte decir eso, algunos piensan lo contrario pero te has dado cuenta que no es asi.— Haciendo una pausa levanto la mano para llamar al camarero. — Has tu orden va por la casa y mi nombre en Cotton Candy.—