Aquel lugar se encontraba libre de humanos, estos eran los que Cotton pensaban eran Gérmenes, por lo que sonrió fijándose en las manos del adulto. —¿Mataste algo.?— El tampoco parecía ser uno, por ende su charla era amena.
Miraba atenta los pétalos de sakura danzando en las corrientes de aire, hasta que finalmente caigan en el verde césped. La vos de aquel joven llamo su atención. —Vivo cerca de aqui, no estoy perdida. — El cascabeleo a la pequeña hablar se hizo evidente. —Tu,¿Estas perdido?—