Auch für Sie, mein lieber Herr.. - Respondería a su saludo en el mismo idioma usado por el contrario, aunque el alemán realmente no era uno de sus fuertes.
Sonrió ante aquella reverencia, muestra de la peculiar formalidad y respetuoso modo que ya bien conocía de su contrario. -
No es precisó disculparse mi querido conde, tú presencia es realmente agradable para mi.. entiendo también la necesidad de un letargo de vez en cuando… yo misma me entregue a uno hace poco
- Se acercaría a este para quedar finalmente frente a él, alzando su mirada para lograr observar al mayor a los ojos, cosa no muy fácil debido a la diferencia de estaturas de ambos -
Pero cuéntame.. que te trae por estos lugares, buscas antiguos conocidos.. o solo se ha cruzado en tu camino este sitio
Giro paulatino realizaba parte de aquel semblante poco visible, por cuanto el manto encapuchado que yacía alrededor de su mollera y aquellas extensas hebras de cabello se mecían flameantes por la suave brisa nocturna. La alta figura comenzaría a corresponder la intención de aquella reverencia de forma equitativa, por cuanto su servid ahora menos distinguible, se inclinó en primera instancia. Luego continuó su torso, generando reverente servid para ella, mientras en su vientre y espaldas, se cruzaban los antebrazos del antiguo Conde Germánico.
— ... Mis disculpas sí la sorpresa a tomado desprevenidamente vuestra posición... Ha sido un extenso letargo.. Me complace también poder reencontrar caminos...
Mi querido conde… - La albina mostrsria sorpresa al haber encontrado al pelilargo luego de tanto tiempo. Realizaria entonces una educada reverencia al mayor, anticuada para los tiempos presentes mas muestra del afecto y respeto que sentia hacia el contrario. - Verle aqui es tan sorpresivo como placentero
