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— ... Mutter Mond... erleuchte meinen blutweg...
 
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Y usted no disfruta del agua mi querido conde?..

- La albina voltearia a mirarle con mucha curiosidad, claramente el contrario no parecia del tipo de hombres que se metian al agua. Bueno, sabia que otros vampiros evitaban el mar y los cursos de agua, aunque no sabia si el azabache era uno de estos y eso le causaba demaciada intriga -
— ... Proezas que para quienes sólo estamos despiertos bajo el fulgor de Selene, no representan imposibles... —

Respondía ante el enunciado de la muchacha, antes de que el estallido sonoro de el oleaje ni tan lejano, ni tan cercano, rompiera con la ferocidad propia del mar en aquellas horas.
Desde niña que me gusto mucho el mar...

- Su mirada nostalgica se posaria en la amplitud de las aguas frente a ellos, como siempre la albina se comportaba de manera despreocupada, quisa a un punto alarmante, mas simplemente era su curiosa personalidad -

Aunque es realmente una proeza cruzarlo.. - Pues como a muchos de su especie las aguas producian un curioso efecto sobre ella -
Contemplaría con la absoluta templanza de su ser que se proyectaba en la alta figura, con sus zafiricas orbes perdidas en el mar y ahora, centradas en la danzante figura que se movía al compás de las danzarinas ventiscas marinas.

— ... De aquellas maravillas que la inmortalidad, jamás pasa por alto... —

Podría parecer en una interconectada comunión con su interlocutora, más solo atendía y respondía fielmente como el siervo que era, sin abandonar el protocolo y la empatía si quiera en instancias de sinceras demostraciones de confianza.

Con su compañia estimado conde es suficiente...

- Era cortés como solia ser con pocos, mas aquella figura le inspiraba una cierta nostalgia familiar y por lo mismo traia de la mano el respeto que mostraba sin problemas. -

El mar es hermoso no crees?.. - Preguntaria tranquilamente mientras se acercaba a la orilla para quitarse sus zapatos estilo bailarina y se metia al agua al menos hasta las rodillas que era donde llegaba su vestido -
— … Comprendo, mi señora... Solo consultaba por sí habían asuntos en particular, donde este servidor pudiera colaborar... —

Mueve su posición hasta posarse a la diestra de su acompañante, llevando elegante desplazamiento en el mismo, solo con el fin de seguir percibiendo la brisa del agitado oleaje nocturno y contemplar el resplandor lunar que se reflejaba y daba lumínica natural a todo aquel sector costero.
- Como siempre, era extraño para ella el relacionarse con otros vampiros, pero era algo que suponia debia de ser saludable de vez en cuando para conectarse con su mundo. Por lo mismo la curiosidad brillaba en su unico orbe.

Supongo que tal cual la primera vez.. nuestros caminos solo se han cruzado..
Su inexpresión sería la habitual de cada noche. Los susurros de la conducta de su interlocutora daban ciertos indicios de la ineficacia de un defecto -Presencia Inquietante- , llevando el filo de la apertura de su intensas iris sobre el universo en las orbes de ella.

— ... El agrado es compartido, Meine Dame... ¿Alguna particularidad en vuestra visita con este servidor?... —

- Al escuchar las palabras del contrario sonreiria de manera sutil, acercandose aun mas a el de manera despreocupada -

Ciertamente, aun asi es algo imperdonable mi descortesía.. aunque debo tambien reconocer que es agradable tener una charla con un caballero nuevamente
Por cuanto a la correspondencia, voltearía posición hacia en frente de la visitante Vampiresa antigua. Haría descansar un tanto sus orbes al recibir aquella apología.

— … Descuide... Asumo que atendía vuestros asuntos... Un placer poder contar nuevamente con vuestra presencia... —


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