/Eso iba para ambas afirmaciones. Finalmente sus manos salen del pantalón, solo para disfrutar poco más de lo que les estaba brindando ese relajante escenario.
¿Si vinieran personas querrías irte? Tranquila, no va a pasar.
— Sus pies descalzos sienten el césped, moviendo los dedos ligeramente. Después alza los brazos, aspirando el aire fresco con una sonrisa, y se acerca a Marie.—
Aquí podemos estar...¿Cómo decirlo? Por tiempo ilimitado.
Es mejor así. Cuando no hay demasiadas personas es un lugar mucho más atractivo, no quisiera irme tan pronto de aquí.
/Arriba, abajo, contemplaba los árboles y como las flores caen en son del viento suave. Avanzó, suficiente para ver su reflejo en el agua que lucía tan pacífica, incluso puede sonreír con suavidad.
Lo curioso es que pocas personas conocen este pequeño rincón de tranquilidad.
— La seguía con la mirada, agachandose después para quitarse los zapatos. Chisa pensó que compartir su lugar especial con Marie sería algo positivo, siendo ella una persona muy agradable.—
¿Es este el lugar? Parece bastante cómodo, relajante.
/Caminó un poco, manos guardadas en los bolsillos de un suéter, y una mirada atenta como entretenida con el escenario. Muy diferente a lo que acostumbra habitualmente.
