No es fácil para una niña ser abandonada junto a sus hermanos. La calle no era ni siquiera segura para ellos, jamás lo sería para ella. Siguiendo una vieja tradición en la familia los hermanos mayores iban heredando su ropa a los menores conforme crecían, pero ella no tenía una hermana que hiciera lo mismo.
Comenzó a pelear con su gemelo por la ropa. Toda la que le quedase, entonces comenzó a vestirse de niño. Eran tan idénticos que algunas veces podía incluso hacer travesuras y culpar a Caesar, saliéndose con la suya. Hoy sus hermanos les traerían más prendas viejas, pelearía por ellas.
Caesar al ser el mayor siempre estaría peleado con su gemela ya que este pese a tener el talento natural y tener a cargo seguir la tradición familiar, siente un poco de rivalidad contra su propia sangre. Quedando huérfanos a corta edad por que su padre dio su vida por salvarlo a él, carga en parte con la responsabilidad de cuidar a Cecillia. Aunque pesé a heredar la fortuna a escondidas le regala la ropa nueva a su hermana ya que el es distinto de los demás. -
- Bien, Cecillia no digas nada y espero que te vuelvas fuerte.
Responde de mala gana aunque no lo dice, le preocupa su gemela. Manteniendo esa dureza en sus palabras. -
