¿Me harás jokis? ¡Me gustaría mucho! Tengo demasiada hambre, cuidar el bosque es agotador.

-Pasó el dorso de la mano por sobre su frente como si buscara quitar el sudor de aquel lugar, sonriéndole siempre a su primo con mucho cariño, pues prácticamente se criaron juntos.-

¿Ya dormiste tu larga siesta, Cuin?

—Hizo un gesto de disgusto al escuchar sobre su papá, pero no tardó en adoptar una postura más gallarda, cruzando los brazos y sacando el pecho— Me salen mucho mejor que a mi apá.
¿Qué dices, bayita, te preparo unos?

¿A cosechar?

-Se quedó pensativa unos momentos hasta que escuchó que corrigió su respuesta. No pudo evitar reír a modo divertida por aquello, cubriendo sus labios con las manos.-

¿Entonces me harás jokis con manzana como lo hace el Tata Shon?

—Su actitud arisca se volvía cálida si estaba a su lado, incluso se agachó para que pudiera acariciarle los cabellos, no pudiendo esconder una sonrisa—
Estoy aprendiendo a cosechar... ¡C-cocinar! Mierda... ¡Digo, eso! Ahora yo hago jokeis en casa.

-Tuvo que pararse sobre la punta de sus pies descalzos para ganar mayor altura, pues su primo "pequeño" había crecido más de la cuenta por lo que le costaba más trabajo dejarle caricias en sus rizados cabellos rojizos.-

¿Cómo estás, Cuin?

¡Bayita! —Aclaró la voz, tratando de mesurar la emoción— Fyiora, qué gusto verte. —Parecía que no le molestaba que lo llamara así—

Cuin ya no es un niño pequeño. -Comentó entre risas, a pesar de que ahora sabía pronunciar su nombre, por alguna razón le gustaba llamarlo así. Tal vez para molestarlo, como lo hacía Lilith.-