Eso da igual.
/Apreró con fuerza el cuerpo de su hermano preocupado por no saber qué hacer para aliviar la tristeza de Blaine. Su hermano era su única debilidad/
Tranquilo, llora.

—Estoy... bien—. Alcanzó a susurrar antes de que su voz se quebrara, siendo reemplazada por silenciosos sollozos que buscaba apaciguar contra el saco de Cooper—. L-Lo siento... lo llevaré después a la tintorería—. Musitó tras intentar esquinar la comisura de sus labios.

Ay, Blaine. Venga, suéltalo.
/Podía sentir sus ganas de llorar y era lógico. Pero para eso estaba él aquí, para hacerlo sentir mejor y ayudarlo/ calma...

Ah, ciertamente extrañaba esa calidez familiar. No dudó, por supuesto, en corresponder a aquel gesto. Extendió ambos brazos, y dejó que su frente reposara en el hombro ajeno.

—Gracias—. Dijo una vez más, con la voz en un hilo, pretendiendo hallar su tranquilidad.

/Hacía años que no lo hacía pero de pronto sintió la enorme necesidad de hacerlo, de darle un poco de contensión y afecto a su hermano e instintivamente lo abrazó/ Tranquilo, Blaine.

—Gracias, Cooper... Por estar aquí—. Bajó la cabeza, consiguiendo esbozar un amago de sonrisa. Suspiró, con cierta resignación y golpeó con suavidad el pecho de su hermano.

No estés tristecillo.