(Mi corazón latía con fuerza, como si cobrara vida luego de un largo letargo. Todas mis terminaciones nerviosas respondían al hecho de tu presencia mientras mis labios buscaban su lugar en los tuyos. Tú eras la energía vital que llenaba mi cuerpo y mi alma de vida.)

Blaine, no tengo por qué mentirte. No me iré a ningún lado. Me quedaré contigo hasta que mi corazón de su último latido y hasta que mis labios exhalen mi último suspiro.

Correspondió en ese instante, aprisionándole entre sus brazos, dejando suaves caricias a través de su espalda. Le besó. Uno de esos besos en el que se deja el alma, el todo. Y era precisamente así: Kurt era su todo.

Sentía el corazón latirle con tanta fuerza, e incluso llegó a pensar que podía salírsele del pecho.

—Dime que no te irás...—Alcanzó a decir entre besos—. Incluso si es mentira, dime que estarás siempre conmigo.

(Fuí posando mis labioa en cada sitio que señalabas con una pequeña sonrisa. Al llegar a tus labios poso suavemente los míos primero en un pequeño beso y luego en un beso más prolongado y profundo mientras te rodeo con mis brazos en un tierno abrazo)

—¡Por supuesto! Pero esto te costará, ¿sabes?—Mencionó con cierta coquetería, dejándose atraer por las manos del ojiazul—. El pago será: un beso aquí... aquí... aquí... aquí y aquí—. Decía mientras se señalaba una mejilla, luego la otra, la frente, el mentón y al final los labios, que estiró un poquito para recibir el mimo.

No sé...por ejemplo...¿ahora?
(Sonrío cuando besas mis mejillas. Tomo tus manos y te atraigo hacia mi para besar tus labios)

—Mi pecho siempre estará disponible para ti...—Sus labios se curvaron, y en breve, colocó un beso en cada mejilla de su pareja.

(Me río un poco y te abrazo)
Jamás, tus brazos me encantan y sinceramente duermo mucho mejor sobre tu pecho

Tras escucharle, no pudo evitar suprimir una risita con el dorso de la mano.

—¿Qué te puedo decir, Kurt? Eres adorable. Siempre lo has sido. Y, no tienes idea de cuánto te echo de menos cuando no estás a mi lado. ¡Pero! Espero que no me cambies por esa almohada-novio en mi ausencia—. Bromeó.

Bueno es que...cuando terminamos...yo te echaba mucho de menos y entonces...hice algo para no echarte tanto de menos. Era una especie de almohada-novio. Quiero decir era una almohada con un brazo de fieltro que...bueno era...como dormir en tu pecho rodeado de tu brazo...

—¿E-Eh? ¿Qué es...?