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Parece un lugar completamente diferente, la gente es realmente feliz aquí. Aunque los tiempos de Rex Lapis hayan terminado parece que tienen bien definido su curso.
 
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Beidou · 31-35, F
Aún y cuando para Liyue todo pareció ser el fin, el equilibrio celestial hizo su aparición poniendo todo en orden, utilizando todo lo que tenía con la finalidad de proteger a su gente. Nadie habría imaginado tal sacrificio y pero no por eso fue menos apreciado.
Ningguang no dejaba de sorprender nunca, desde sus inicios a su posición actual, Beidou no podía tener mejor contacto que las Siete Estrellas pero dejando de lado los negocios y formalidades, estas charlas eran un tema totalmente diferente.

— Ten por seguro que siempre volveré, aquí en Liyue todos tenemos un lugar al cual regresar. — Sonrió con complicidad y cruzó sus brazos levantando la vista hacia las luces que la gente comenzaba a liberar. — Tras la tempestad, viene bien un poco de calma. —
Ningguang · 26-30, F
Se notaba complacida con aquélla respuesta, a pesar de la cercanía entre ambas, y de que las formalidades a ese punto eran más una costumbre que una necesidad, Ningguang estaba habituada a los contratos equivalentes, no se perdonaría si no le ofrecía algo de igual valor, y quizás Beidou ni siquiera era consciente de lo mucho que valía para ella su compañía.

—Casi me hace sonrojar con sus halagos, Capitana.— No se le daba bromear, más lo estaba haciendo, siempre sonaba por demás seria en sus palabras, no era algo que hiciera a propósito. —Se que el mar es tu hogar y tu corazón, pero si buscas tierra firme, las puertas de Liyue siempre te recibirán como uno de sus más preciados tesoros.— Se permitió relajarse un poco y se inclinó ligeramente apoyando los antebrazos en el muro, entre toda aquélla calma, las luces flotantes ascendiendo al cielo representando una sola cosa para su gente: esperanza.
Beidou · 31-35, F
Los vinos de las tierras de Mondstadt tenían esa peculiaridad, un sabor único que como buena catadora disfrutaba. Sobre todo ese valioso vino de diente de león. Sonrió complacida y asintió. Ningguang no se sentiría cómoda si incluso la compañía que se hacían la una a la otra en momentos así, no era vista como un negocio por lo que sin reparos la capitana aceptaría.
- Es bienvenida su oferta, mi Señora.- Añadió llevando una mano a su pecho e inclinando su cabeza como si hiciera una reverencia dejando escapar una risa corta tras este gesto.

-Siempre es bueno volver a Liyue, su gente, sus negocios y sobre todo su presencia. Entiendo porque la gente le admira tanto. -
Ningguang · 26-30, F
Beidou podía ser una mujer implacable, de alma fiera, que no le temía a nada, una pirata en toda la extensión de la palabra. ¿Pero ser un pirata es realmente algo malo? Ningguang creía que nunca se debía juzgar por las apariencias, a fin de cuentas ella misma poseía un origen humilde, no nació entre oro y comodidades, es el valor del corazón y la inteligencia lo que realmente importa.

Y la Capitana podía ser temeraria, pero no cabía duda de que era honesta y leal, jamás abusaría de su gente ni los dejaría solos a su suerte. Esa era la virtud que realmente atraía la atención de la Estrella Eclipsante.

—No hay otra cosa que desee en este momento, más que tu compañía. Por supuesto, serás recompensada por este tiempo. El Maestro Diluc Ragnvindr ha enviado a Liyue varios barriles y botellas de su última cosecha. Puedes elegir lo que desees para tu próximo viaje.
Beidou · 31-35, F
Era de esperarse del gran Equilibrio Celestial. Beidou sonrió complacida por su respuesta y cerró su ojo respirando profundamente, sintiendo esa brisa llenar sus pulmones. Cuando exhalo levantó la vista al cielo y sonrió ladina.
- Temporalmente permaneceremos en Liyue, tenemos que reabastecernos, muchos de mis hombres desean ver a sus familias y yo, solo quiero seguir disfrutando de un buen trago, la buena compañía y de esta extraña paz. - Hizo una pausa antes de mover su cabeza y poder verla.

-Aunque si la estrella eclipsante desea algo, solamente debe pagar bien por ello y toda la flota estará a su disposición. -
Ningguang · 26-30, F
Reflexionó durante unos momentos, exhalando un suave respiro al final, cuando ladeó su rostro lo suficiente para que su mirada se fijara en la Capitana. —Como el fénix que renace de las cenizas. Tengo algunas ideas nuevas y no podría negarme a tan generosa oferta.— Sintió el viento jugar con su cabello albino, el olor a sal al encontrarse en una de las partes altas del impresionante navío de Beidou. —Por supuesto, tus servicios y los de tus hombres serán como siempre bien recompensados. Debes informarme de tu siguiente destino, quizás tenga un par de encargos para ti.
Beidou · 31-35, F
Toda su tripulación había bajado del barco con la intención de celebrar, salvo algunos que montaron guardia. — ¿Comenzarás desde abajo nuevamente?. — No podía evitarlo, claramente se refería a la cámara de jade, con su destrucción, Ningguang había ayudado a encerrar al dios Osial. - La Crox Meridianam está disponible para lo que requieras. -
Ningguang · 26-30, F
—Eso me complace.— Sus pupilas fijas en las hermosas lámparas flotantes, que las personas habían lanzado al cielo en conmemoración de las celebraciones. Muchos sacrificios se hicieron, ella misma dejó ir lo más preciado que poseía, lo que había construido piedra por piedra. —Tanta paz... Todo valió la pena.— Dijo más para si misma que para su habitual acompañante.

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