*Suspiró fastidiado por la forma en que ella simplemente no se callaba, aunque no por eso evitó el hecho de jalarla suavemente hasta pegarla contra su cuerpo, mirándola de reojo. Realmente se veía radiante su sonrisa.*
— Tsk. Simplemente no sabes callarte, ¿no?... Hmph, si quieres presumir de algo, presumelo allí. Ahora vamos, Atolondrada.

*Le hizo bastante ilusión, a lo que ignoro casi sin idea el comentario primero centrándose únicamente en que él había hecho ese gesto por ella. Su sonrisa se amplió y pronto estrujo su brazo.*
— ¡No creas que quiero romperte el brazo! ¡Bakugou-kun me hace muy feliz con las cosas que hace! ¡Qué lindo novio tengo y...! ¡Tú tampoco debes ensuciarte, ¿Nee? —

— Tsk, vamos culo lento.
* Se quejó, algo más que habitual en él mientras le extendía el brazo para que ella se sujetara, realmente estaba igual de ansioso que ella, aquel día era el último baile escolar de ls muchacha y no deseaba arruinarlo. Era un día muy especial y ella definitivamente estaba hermosa. *
— Hasta un imbécil sabría ponerse algo a juego, estuviste todo el mes hablando de tu vestido, idiota. No lo ensucies.

— ¿Tarde mucho? ¡Espero que no!, ¡Oh, que linda camisa roja! ¡Hace juego con mi vestido!, ¿Lo has ideado tú, Bakugou-kun? — Mencionó con entusiasmo mientras las chispas de emoción danzaban en sus ojos, ella apareció finalmente vestida para el baile de fin de clases e inicio de vacaciones con un vestido carmín con pequeños brillantes. Tomó el brazo de su novio con ánimo y no apartó la mirada de él y tampoco su sonrisa.*