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Primer encuentro.

Quién diría que cazar a la presa de otro podía terminar así. No se percató de la cazadora hasta que le tenía sobre ella mirándola furiosa amenazando su vida. Solamente había terminado con su víctima, era trabajo...¿Cómo iba a saber que alguien mas iba tras ese warlock?. Blackbird sonrió para la extraña y levantó sus manos mostrándose indefensa. — Muy bien, muy bien pero puedo deducir que estamos en el mismo bando. Era la misma víctima, puedes decir que tú le mataste si eso me salva el pellejo.
 
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B1569672 · 26-30, F
Se detuvo apenas dió la vuelta, miró sobre su hombro y resopló. — Siento que me voy a arrepentir de esto...— tomó sus dagas y giro para impulsarse rápidamente contra los cuerpos que se levantaban de la tierra y abrir paso a la extraña. — ¡Búscalo, yo me encargo! — Le seguirían por el brazalete por lo que Blackbird resultaba ser la distracción perfecta. — Detesto esto...— cortó la cabeza de uno de esos monstruos y dió un saltó hacia atrás, bajo sus pies la tierra temblaba nuevamente. — Esto no es bueno...¡No es para nada bueno! — no podía quedarse en un solo lugar o quedaría atrapada por asquerosas manos putrefactas.
B1569672 · 26-30, F
La postura de su enemiga no cedía y con eso mismo su decisión de acabar con su vida. Últimamente se cargaba una muy mala racha y esta no hacía otra cosa más que empeorar pues esa vibración en el suelo fue señal de que algo muy malo estaba por ocurrir. — Pero que...— no estaba y no le sorprendía, esa clase siempre tenía trucos bajo la manga...por eso los detestaba tanto. — ¡Pudimos irnos de aquí antes de que esto sucediera! — ella misma le había cortado la garganta, pero a final de todo se trataba de un warlock. No tuvo que pedirle que le soltara, imaginó todo menos ser salvada por su enemiga aunque seguramente quería matarla con sus propias manos.
Blackbird se levantó, tomó su arma y ese peculiar brazalete que había recuperado de ese ladrón. Era la oportunidad perfecta para huir.
VVs1569673 · 26-30, F
Su expresión estoica no había cambiado, tampoco su amenaza ni su postura, y aunque ella parecía sincera, sabía que no podía tomar esa clase de riesgos, y que tenía que acabar también con su vida. Cerró los párpados por un instante, antes de que el enigmático mar en sus ojos se volviera a ella de nuevo. —Yo...— Más ni siquiera fue capaz de hablar, sintió una ligera vibración debajo del suelo, que le hizo desviar su atención al cuerpo del hombre que debía yacer tendido apenas a unos metros de ellas. —El warlock no está.— Su corazón comenzó a latir con más fuerza, cuando el peculiar sonido de tierra húmeda removiéndose se hizo presente demasiado cerca de ambas. La albina, desde su posición, no pudo más que hacer uso de su espada contra el muerto viviente que amenazaba con alcanzar a su enemiga. Con un movimiento vertical arrancando la cabeza del cuerpo. ¿Por qué la había salvado? ¿Mero instinto?... Le dedicó una última mirada, antes de ponerse en pie.
B1569672 · 26-30, F
Cosas de clanes y absurdas ideas que a sus descendientes les habían inculcado hasta la médula, era sano no confiar en nadie a final de cuentas.
Esa mujer de mirada eléctrica tenía algo que mantenía alerta a la asesina, aunque en ese momento se encontraba a su merced, Blackbird no lograba identificar bien que era. — Mi eterna devoción a mi Diosa es la garantía de mi palabra. Recibiré mi castigo si decido usar su nombre en vano. — Miró el filo de su arma y después clavo fija su mirada en la mujer. — Vuelve a casa con el trofeo. Solamente debía recuperar algo de ese bastardo, no me volverás a ver. —
VVs1569673 · 26-30, F
La mirada azul de Veloce estaba fija en la joven que estaba debajo de ella. Sus delgados dedos presionando el cuello lo suficiente para mantenerla en su sitio, pero no tanto para cortarle la respiración, el acero amenazante contra ella, que le había dado la victoria por lo que para ella había sido un simple golpe de suerte. —No confío en los tuyos. ¿La palabra de una asesina es suficiente para garantizar que no me clavarás una daga en el pecho en el momento en el que te veas libre.— Aunque en realidad, no confiaba en nadie.

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