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Gabriel1581280 · 31-35, F
Como un hilo que es cortado con una nota armoniosa, y a su vez tal suceso supone una falta que de inmediato llama la atención. Así es como Gabriel, quien es Fuerza, puede describir que han sido las palabras de Muerte.
— ... ¿Es eso un rastro de corrupción, Azrael? ¿Desde cuándo has empezado a llamar a Helel con su nombre de Caída? — Diferente de un tono de reproche, Gabriel sonríe casi comprensiva, posando una mano sobre los cabellos ajenos y entregando caricias propias de una acción reconfortante.
— Nadie abandonará a nadie. Esta es la única vez en que estamos siendo puestos a prueba, todos nosotros. Debemos mantener nuestro curso... Incluida Helel, quien ha sido negligente con su deber. — Deber, no castigo. Es algo que todos deberían recordar, por difícil que sea no perderse en la fascinación de su existencia.
Azrael1581217 · 31-35, F
Quizás su misión no únicamente se refería a humanos, en ser la guía de sus almas. Ahora que el paraíso había sido abandonado los ángeles comenzarían a abandonar su camino. — No podemos permitir que nuestros hermanos se pierdan en la desesperación. — firme decreto, se aferró con mayor fuerza al cuerpo de Gabriel y respiró profundamente. — Si es cierto que el ya no está, no tenemos porque seguir apartados los unos de los otros. ¿O si? —
Azrael1581217 · 31-35, F
Permaneció en silencio por un largo momento, sentir la calidez de su hermana sin duda le brindaba un poco de calma, volvía a ella la tranquilidad que le permitía pensar con frialdad y mantenerse en su misión. Sin embargo había caído en cuenta de algo, uno que ciega por su amor a su padre no había logrado ver. — ¿Por qué siempre debemos dividirnos?. — se apartó solo un poco para encontrarse con la mirada de la fuerza de dios. — "El" siempre nos enseñó a dividir, a estar unos contra otros o desacuerdo con las acciones. Nos pidió no juzgar a los humanos, ayudarlos y guiarlos pero... ¿Que hay de los nuestros?. — negó con su cabeza. — Es tiempo que unamos fuerzas, temo que con la desaparición de "El" tiempos terribles se avecinen para nosotros. No pienso abandonarte a ti, a Michael y mucho menos a Lucifer. —
Gabriel1581280 · 31-35, F
Si... Esto es como debían ser las cosas. Helel pudo haberla contaminado con su insidiosa actitud, hacerle ver algo que simplemente no está hecho para los ángeles.
Lo único que tienen, es el calor de un abrazo. Puede ser fraternal, o carnal, pero ahora que han descubierto lo relevante que es mantener a alguien más en brazos, no es posible renunciar a ello.
— Azrael... Ven conmigo. Con Michael... Nuestra vida podrá ser austera, pero no es por penitencia, sino porque no encontramos apego ni necesidades en este mundo. Esos deseos terrenales han nublado tu juicio... Pero no hay problema, nada es irremediable. — Gabriel aferra con más fuerza al ángel de la muerte, siendo que siente que ha recuperado algo de un valor incalculable; lo más valioso del universo.
Nunca nada será más importante que la existencia de un Ángel.
Azrael1581217 · 31-35, F
Sabía bien que Gabriel, a diferencia de sus otros hermanos podía entender bien su dolor. No quería hacerlo suyo, ni cargar su peso en alguien más pero necesitaba esa fuerza, un abrazo de consuelo por más doloroso que fuera y que sus palabras de verdad por más crudas que fueran le hicieran aterrizar nuevamente en su lugar. Muerte de encontraba desesperada pero algo en ese abrazo había logrado brindarle la calma que tanto anhelaba. Se aferró al cuerpo de su hermana, respiró profundamente y suspiró dejando ir todo aquel pesar que no fue capaz de manifestar con lágrimas.
— Por favor Gabriel, quédate conmigo...— Necesitaba quién le regresará a su camino, a su misión.
Gabriel1581280 · 31-35, F
Este era el momento más duro de todos. Que Muerte busque apoyo en Fuerza... Y que ninguna de ambas sepa en realidad que se supone que deba hacer. Cualquier muestra de sabiduría sería tan vacía como la sensación que tiene en su pecho... Y lo peor, es que no puede ni imaginarse lo intenso que debe ser el dolor para Azrael, siendo que ella ha descendido aún más que cualquier otro.
— Azrael... Yo... — La aflicción no es posible de ocultar en el rostro de Gabriel, quien tan solo toma a su homónima por los hombros, y la atrae con gentileza a su regazo, para acunarle cual niña en desamparo en un abrazo que poco puede hacer para ayudarla.
— Mí sabiduría no sería más que frialdad. No quisiera aportarla en esta ocasión... No para ti, que eres capaz de entender el luto, que sabes lo que significan las lágrimas... — Su mano acaricia ese cabello rojizo, mientras la resguarda en su pecho con la disposición de mantenerla ahí el tiempo que necesite. Algo, que la misma Gabriel quisiera tener ahora.
Azrael1581217 · 31-35, F
Más verdades que no estaba dispuesta a aceptar. Quizás en el fondo sabía bien que Gabriel diría las cosas con total frialdad y una parte de Muerte se negaba a enfrentar eso. En su lugar únicamente se aferró encogiéndose cómo si de una figura débil se tratara, comparada con su verdadera apariencia ese cuerpo humano le hacía ver pequeña y justo así se sentía.
Cuando las cálidas manos de Gabriel sujetaron su rostro por fin le miró. "La muerte no puede morir..." ¿Y que debía hacer?. — ¿Hacia donde voy a guiar a los humanos?, ¿Que luz se supone que debo mostrarles cuando he Sido manchada por la duda?. Necesito tu fuerza Gabriel, tu sabiduría y tu guía...—
Gabriel1581280 · 31-35, F
Dudas... El motivo que marca el fin de la perfección, la característica clave de lo que define a un ángel. Azrael no solo duda de su propósito, sino que duda en si del poder que "Él" tenía. De nueva cuenta, no la juzga... Porque se siente igual.
— Yo... No recuerdo que nos haya jurado nunca nada. Solo lo dábamos por sentado... Él ordenaba, y nosotros hacíamos su voluntad. — Su mano se vuelve aún más piadosa, mientras ella misma se siente estremecer bajo el peso de esa verdad. Si bien era la Fuerza de Dios... ¿Que pasaba si ya no estaba Él?
— Puedo ver que al ser todopoderoso... Significa que también podía morir. Quiere decir que de una forma u otra, nosotros también podríamos. — Dicho eso, con gentileza la toma de su rostro con ambas manos, forzando a que alce la vista y se encuentre con su mirada llena de compasión, pues apenas es lo poco que puede ofrecer; una sonrisa.
— ¿O será que no? ¿Estamos exentos de ello? La Muerte... No debería poder morir.
Azrael1581217 · 31-35, F
Cruda fue su respuesta y Azrael se negó inmediatamente a aceptarlo pero sin ser capaz de soltar aquel refugio que con unas cuantas palabras le había hecho sentir un vuelco en el estómago, le había hecho sentir que toda su existencia ahora no tenía sentido alguno. — Imposible...— solo atino a responder, se aferró y el dolor comenzó a ser cada vez más fuerte. — Es imposible Gabriel...¿No se supone que es todopoderoso?. Juro jamás abandonarnos y mira como sin importarle se ha ido, no pudo haber muerto, todo menos eso. — se negó a creer.
Gabriel1581280 · 31-35, F
Por supuesto que le rodea con sus brazos. Posa su diestra sobre su cabeza, su zurda sobre aquellos hombros.
— Ya hablas como Helel... Llamándolo "Padre". ¿De verdad lo viste alguna vez como padre? Supongo que es normal ver así al creador... — Delicada, responde al tiempo que intenta consolarla. Preparándola para la verdad innegable.
— "Él" ha muerto...

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