Una nueva y fresca risa se escucha. Aura no tuvo tiempo de emitir otra repuesta porque sintió ese suave beso fugaz en la mejilla, trayendole aún más tranquilidad por ese simple acto que tanto le agradaba.

Estaba pendiente de escucharla, silenciosa. Un gran alivio roba el suspirar de la azabache por el razonamiento de Akame. Agradecía para sus adentros que fuese tan madura y comprensiva con la situación; se lo haría notar con una cariñosa sonrisa mientras dejaba pequeñas caricias con el pulgar a su mano.

— Seguramente exista otra oportunidad en la que deben verse y es un alivio para mi que aceptes dialogar con él. No ahora claro, esa será mi tarea.

Hizo una pequeña pausa, agregando después.

— Debo ser honesta con él, pero no quiero hacerle daño.