Mas es un claro hecho que no terminarían ahí. Sostuvo por igual la mano adversa, siendo Akame la que jalase con cautela de esta, mientras una breve risa libera.
— No. Definitivamente vamos a movernos de aquí, pervertida.
Había enrojecido incluso más, con una risa breve al ir separándose de ella, huyendo temporalmente. Se dio la vuelta mirándole fijo al tomarle de la mano.
– Vámonos de aquí, antes de que...
Ladea el rostro, dejando el resto a su imaginación. ~
La idea resultaba atractiva, realizarla junto a Aura elevaba fácilmente cualquier expectativa, dejando una lamida, suave y nada tranquila, contra la zona que fue mordida.
━ Entonces, ¿quizá debemos movernos? Aunque si fuera por mi, estaría haciéndolo aquí mismo.
Se estremeció completa, las mordidas eran su gustosa debilidad. Las caricias y la sensación del agua contra su piel hacían que marcase más su cuerpo en Akame; pero debía controlarse, no era tan osada como la linda pelirroja.
La sonrisa se plasmó en sus labios, algo mayor ante el tentador mover contrario. Apenas si puede contener ese impulso de querer tocar más al morder el lóbulo de la oreja, jalando de este con ligereza, con sus dedos acariciando donde hubiese piel expuesta.
━ Los riesgos suelen dar más placer en algunas ocasiones... ~
Musita ante el calor que subió a su rostro por esa cercanía íntima y apretada entre sus cuerpos. El beso fue el toque final para hacerle aceptar, sin ser tan directa con las palabras, pero si con el lento movimiento de sus glúteos contra Akame.
— Correr riesgos va más contigo, algo me dice... Tal vez, puede ser. ~
Había reído con suavidad, había tenido la oportunidad de, incluso, acercar el resto del cuerpo contra el opuesto, sin vergüenza de pegar la pelvis por igual y dar un suave beso a la oreja.
━ Siempre podemos buscar donde no nos vean. Ir a la seguridad de una habitación que pueda pagar, o correr el riesgo de incluso ocupar un sitio apartado de toda la gente.
El sutil balanceo de su cuerpo se detuvo al momento que su espalda sintió la presión del suave busto; Aura mordió su propio labio por ésto. Que agradable sensación. ~
— Mnh. No me sorprende, siendo tan ambiciosa como eres... Pero si sabes que aquí, en la piscina, tendrás restricciones.
Complacida estaba con las palabras, pues cuenta con la sutil aprobación de ella, dependiendo de su propia elección. Sin embargo, Akame no dejaría de ser atrevida, pegando ahora su busto contra aquella espalda, mientras sus manos se deslizan sobre la figura contraria, llegando con la cadera, aquella que fue abrazada por ella.
Contaba con la suerte de que la pelirroja no podía ver su expresión de gusto y sorpresa. Todavía se estaba acostumbrando a alguien tan frontal como ella; se estremeció moviéndose suave en el lugar.
