Aún veo la mirada del abismo en mi pupila, el pasado aún consume nuestros pensamientos. ¿Por qué te desintegras de dolor cuando lo pudimos superar?
Creí que algún día tendríamos eso especial, pero lo verdaderamente genuino fue olvidar lo que nos hicimos nosotros mismos.
Escribo, recito. Te leo y te digo que aún te pienso. Hijo mío.