Va siendo hora de volver a casa, a juzgar por los tenues rayos de sol que se colaban entre las ramas, no faltaba mucho para que obscurezca. Pero es que simplemente no puede ponerse de pie, estaba recostada sobre el pasto y usaba de almohada su saco de ingredientes para la cena. Internamente agradecía que no estuviesen Elam ni Althea con ella o la habrían regañado por probar las cosas sin estar segura de si era comestible, pero... ¿De qué otra manera podía traer algo para la cena? Si bien podía ir al mercado del pueblo, prefería ella ir a buscar en el bosque; esas monedas podrían usarlas (...)
(...) para otras cosas que se ocupen en casa, como materiales para su prima, su discípulo y hasta para ella.
Simplemente estaba asegurándose de que unas moras fuesen comestibles, que evidentemente no lo eran si ahora estaba recostada en el pasto junto a un pequeño cuerpo de agua tratando de calmar el malestar estomacal que le habían causado dichas moras. Elam lo hacía ver tan fácil cuando las elegía por ella.
En fin, su idea principal era preparar un remedio usando algo de agua, para hervirla y comenzar a trabajar. Solo que su malestar era tan agudo que la mejor opción por el momento fue recostarse. Aunque trataría de apresurarse, algo por lo que efectivamente le llamarían la atención es por llegar tan tarde a la cabaña y por salir a prisa, no pensó en dejarles una nota para hacerles saber dónde estaba.
