Divino para los hombres; maldito para los dioses; humano para sí mismo.
About Me About Me NotesAbout Me
FULL NAME:
Ásarr Rhage (Old norse: Ásarr Ráge)
LINEAGE:
Ásgarðean | Demigod | Vikingr
STATUS:
Alive
BORN:
c. 860
HOME AND REALM(S):
Kánalðar | The Norse Kingdom
(Konungarðr, Garðrárn & Norðanheimr)
https://iorbix.com/forum?fid=5308795192309&name=K%C3%A1nal%C3%B0ar
ALLEGIANCE AND KIN:
The Æsir
[E.A.] (Elite Army — Leader)
[Rázaðor-Kussari] (The Rázaðor Pirates)
LIVELIHOOD:
High king — Asgarðean Hero
WEAPON(S)
Heilagreinn —The Holy One—
https://iorbix.com/profile-blog-view?id=5308794680603&entry=56983&name=%C3%81sarr-Rhage
WAR STEED:
Queen Kjárr, mítico corcel hembra, oriundo de la estirpe de Sleipnir. Se caracteriza por su extraordinaria belleza, de blanco genuino e inmaculado, una rapidez deífica, y una formidable talla, más alta que cualquier caballo. Otra característica es su orgullo desmedido, que no parece atenuarse con el tiempo.
OTHER NAME(S):
Rázaðor (Divine Wrath onrush - Ruthless) —ó Rásoðr—
Etimología: Epíteto en el antiguo nórdico, es origen del nombre Rás-á-óðr
(anglicizado como Rázaðor), y significa "Embestida de la Furia Divina"; (se considera como el kenning figurado de "Imparable" o "implacable", como referencia a la indómita fuerza de Ásarr; sinónimo de Berrserkr). Rás (rush). Á viene del Proto-Nórdico ᚨᚾ (on), y finalmente Óðr ("furioso", "vehemente", "poseído"); en el alto alemán antiguo ("furia" "rabia").
TITLE(S):
—Bardagaguð (❛God of War❜)
—Guðkonungr Rázaðor (❛God-King Rázaðor❜)
—Banagoð (❛Bane of the Gods❜)
—Norðrmenni Hákonungr (❛The High King of the Norsemen❜)
—Kánalðar Ellri-konungr (❛Elder King of Kánalðar❜)
—Ragnakappi (❛Champion of the Gods❜)
CHARACTER TYPE AND PERSONALITY:
Era ferozmente leal, haciendo lo que fuera para evitar cualquier perjuicio a aquellos que estaban cerca de él. El único precio por su entrega era la misma lealtad que él daba a los demás.
Ásarr tuvo que aprender a crecer rápidamente, debido a la carencia de vínculos familiares que poseía. Esto hizo que madurara y percibiera el mundo más allá de lo regular para su edad, para que pudiera navegar sus complicadas relaciones dentro del mundo humano. Además, la condición de semidiós le ha hecho tanto un hombre con el deseo de probarse a sí mismo como guerrero, hasta conocer sus límites. Un verdadero vikingo en ascenso a la grandeza, hasta ser conocido por todos como "el semi-divino" y la naciente estrella de los vikingos, haciendo que el orgullo y la arrogancia se consolidaran en él. Se había convertido en un altivo guerrero, constantemente auto-valorándose, y odiando ser reprendido o sermoneado por cualquiera.
A medida que crecía, su fama iba creciendo, volviéndose más y más arrogante, consciente de que era uno de los más grandes nórdicos que habían nacido a lo largo de la historia; una leyenda viviente, creyendo escrupulosamente que podía superar a cualquiera, con una inclinación a mostrar todo su potencia. Esto le había llevado en múltiples ocasiones a ser, apasionado, imprudente e impaciente; confiado y audaz, demostrando una falta de sutileza. Sin embargo, aunque sus tácticas fuesen imprudentes y poco ortodoxas, eran apreciadas por el hecho de que nunca se arriesgaría la vida de nadie sin poner en riesgo la suya también.
Ésta era una de las razones de la popularidad de Ásarr con las tropas que le servían: Su disposición para luchar en primera línea de combate, y no esperaba nada de nadie que él mismo no estuviera dispuesto a hacer.
Era honesto de una manera innata y detestaba a totalidad tanto la mentira, como la decepción. Expresaba animadversión especialmente a los reyes que confluían en su misma jerarquía, considerando firmemente que la mayoría de ellos eran codiciosos y vanidosos; sin derecho a tal honor...
Ha adoptado una "brújula moral" clara, al igual que un verdadero y agudo sentido del honor, que sólo profesa por aquellos a quienes considera merecedores de ello, además de una justicia a su propia percepción.
A pesar de que sus cualidades le señalan como un brutal guerrero, vano, despiadado y conquistador sanguinario, Ásarr es un hombre dedicado a su linaje también. Si bien es un gran guerrero, se le caracteriza por ser un mejor líder para sus subordinados, quienes le adoran e idolatran como a una deidad propia.
Posee intactas e incuestionables habilidades políticas a pesar de poseer una tendencia a poner el honor ante la razón; suele ser muy pragmático cuando de política se trata, siento tan eficiente tanto como un guerrero vikingo; como un Rey.
A pesar de mantener un obstinado silencio, suele expresarse con sarcasmos y constantes veces con eufemismos y elocuencias, dignos de su altiva arrogancia.
THE LEGEND [DEATH AND REBIRTH]
Sin embargo, la muerte ha diversificado su personalidad en gran medida. A pesar de sus convicciones y honorables compromisos previos como Rey, su experiencia de ser asesinado a la edad de 96 años tras una guerra civil a mano de hombres aliados y codiciosos de su propia dinastía a traición.
Luego retornar del eterno vacío del Ginnungagap; le ha hecho mucho más cínico y nihilista. A pesar de no perder su determinación sobre la lucha, se convierte en una persona mucho más solitaria y melancólica. Previsiblemente, Ásarr intencionalmente interpreta esta concepción con fines de guerra psicológica.
Después de pasar siglos, con el tiempo recobraría muchos aspectos de su personalidad pasada, inclusive los matices culturales que le preceden con más. Sin embargo, su larga longevidad le ayudó a ser un guerrero más experimentado de lo que alguna vez llegó a ser, alcanzando el máximo escalafón que un nórdico pudiese lograr en la tierra.
En la actualidad, Ásarr posee una implacable determinación parece ser no igualada por ningún otro ser. Sin embargo, su equilibrio emocional se encuentra en una constante lucha ocasionada por los vestigios de su pasado y sus actos bizarros; influyendo en su presente de manera trascendental. Él estaría impulsado no sólo por su sed de batallas y glorias; sino también, por su sed de conocimiento y la naturaleza inquisitiva.
AS LEADER VIKING AND FIGHTER
Ásarr encarna los ideales de los nórdicos aunque la profundidad de su devoción consigo mismo, siendo desafiante de los Dioses y de cualquiera que se considere una deidad. A pesar de todo, conduce a su absoluta fe a su férreo instinto, al igual que la frecuente atribución a los giros y vueltas que puedan presentarse en el devenir.
En contraste con su personalidad sombría y noble, Ásarr encarna el fatalismo atroz de los vikingos; de aquí proviene el significativo seudónimo de: «El Rázaðór», por lo que él se mantiene firme en sus creencias y se somete a su propia voluntad indeliberada y espontánea, a las cuales se les atribuye los giros abruptos que puedan surcar en su destino.
Como resultado, Ásarr a menudo suele ir a la batalla sin premeditación alguna, pues en ella el es quién decidirá su destino.
Aunque se sabe que por naturaleza es un luchador violento, las acciones de Ásarr tienden a ser para lo mejor; vive para la batalla, y disfruta de una buena pelea más que nada. Suele contradecir su propia lógica en la lucha. Por un lado, Ásarr desea aumentar su propio poder personal; por otra parte, oculta su fuerza para disfrutar de una lucha por el mayor tiempo; en un esfuerzo de contenerse para lograrlo.
A pesar de su tendencia a ser brutal, por lo general detiene la batalla si su oponente está demasiado herido para luchar, alegando que no está interesado en luchar "con débiles". Sin embargo, matará sin vacilar a su oponente si se niega a terminar su lucha.
Se mantiene fiel a los objetivos nórdicos con valor y coraje, también. Es valiente en la batalla, y respetuoso con dignos adversarios a quienes honra con un funeral digno de un guerrero; sólo si a su perspectiva son considerados como tal. También mantiene su palabra sin falta, incluso cuando se perjudicaría a él mismo. Es un ejemplo encarnado de virtud, creencia y devoción a sus ideales, demostrando una naturaleza sanguinaria contra sus adversarios; sobre todo a los sajones en su tiempo.
APPEARANCE:
En su madurez, fue formado con fuerza y gracia, digno de la alta estirpe de lo Ásios. Es un hombre de regia apariencia, con una elevada estatura de 1,95 Mts (6'3½"), de faz juvenil, noble y hermoso, aunque ceñudo de cara. En la constitución de su cuerpo, que aunque ágil, es poderoso en sus extremidades, pues la fortaleza física se aprecia por lo atlético y hercúleo que luce, como acero bien templado.
Blanca era su tez y el ramaje de sus cabellos, sueltos y dorados como el oro pálido, resplandecían a la luz del sol. Y sus ojos, de brillo penetrante, eran azules, místicos como gemas que arden pálidas, moteadas por la plata como luz de luna. Capaces de traspasar las honduras de las sombras y los lugares más oscuros.
Cómo es propio de un Vikingo, sus ojos han sido perfilados y pintados, aplicando un oscuro pigmento con el propósito de realzar su fiera mirada. A diferencia de otros vikingos, quienes utilizaban maquillajes a base de barro, hierbas, minerales y grasa animal; las marcas negras que rodean los párpados de Ásarr son un grabado permanente.
Una de las características más afamada, era su rostro, pues se decía, era más bello de entre la gente en Días Antiguos. Y en él, brillaba un temple, puro y decisivo que reflejaba su corazón, el cual ardía en demasía cuan fuego secreto que le animase su interior.
Sus ropas varían en consecuencia de la situación, como rey y dios-guerrero, viste una espléndida cota de malla, en hilos entretejidos de plata y oro, con anillos eslabonados; en acero Ásgarðriano. Y así mismo, eran sus grebas, braceras y hombreras, éstas últimas arropadas con una capa de marta cibelina, sujetado desde una fíbula dorada con el símbolo de un cuervo.
En formas más casuales, sus ropas aunque suntuosas, suelen ser de lana y cuero tratado. Engalanamientos típicos de un rey bárbaro.
Algunos símbolos se aprecian en su torso desnudo, uno de los más característicos embellecía la mitad de su tórax, un símbolo con un cuervo , asociado a su padre, El ❝Allföðr❞ Óðinn.
Otro de ellos, decoraba algunas siglas en el idioma rúnico sobre la parte superior de su espalda desde aquel ascenso a la soberanía:
BIRTH
Ásarr Ráge —Comúnmente llamado Rhage por la antigua tribu de los Saxones— Es el hijo de sangre de Odin; Allföðr de Ásgarðr. Aquel dios de la sabiduría, había sido embelesado por la fascinante belleza divina de la Dísir, Göndul y la perfecta sublimidad de sus facciones, implicando el idilio clandestino entre ambos. Tras el discernimiento y la intuición de la diosa mayor Frigg de aquella infidelidad, quién había tenido un presagio del nacimiento de Razaðor como una damnación y cuyos ❝heroicos y malditos❞” actos determinarían el futuro de los dioses; tanto Vanir como Æsir, tomó la decisión de desterrar a Göndul de las sagradas tierras de Ásgarðr, con la promesa a Odin de no hacer daño alguno al bebé; quién aún no había sido concebido.
Paradójicamente a su naturaleza como diosa de la maternidad, Frigg constantemente hilaba cúmulos y nubarrones de tempestad durante cada uno de los meses de embarazado de Göndul, cuyas aguas hacían de las fructíferas tierras del norte un terreno árido e infértil con el propósito de evitar el nacimiento de Ásarr. También, acudió en secreto a las discordias del embaucador dios Loki quién envió diversas bestias y criaturas humanas en búsqueda de un infalible asesinato a la antigua Dísir a sangre fría. Para fortuna de Göndul, el mismo dios del engaño; Loki, —Quién yacía interesado en el nacer del semidiós— fue el encargado de mantenerla oculta de la ira de Frigg, conservándola como esclava en uno de los pueblos germanos del Mar báltico.
Durante aquella época, ocurrió un suceso trascendental para la cultura nórdica, conocido en el antiguo nórdico como el «Dæȝ Dauðr» o ❝El día muerto❞. Frigg, iluminada por su premonición, conocía a perfección el día con exactitud en el cual el indigno semidiós nacería; por ello, llevó a cabo una masiva cruzada en contra de todos los bebés que se fuesen a engendrarse en aquel día. Así, siendo causante de una de las masacres más barbáricas, al asesinar a miles de niños dentro del vientre de sus madres. Un hecho del que más tarde el semidiós se atribuiría la culpa.
Finalmente, durante la «Saga Blótgyðja» ❝El sacrificio❞, en el Mes del Sol «Sólmánaðr» (Mediados de Junio y Julio), después de haber contenido el embarazo durante diecinueve meses, con una ferviente fuerza de voluntad y logrando engañar a los dioses de la relación de sangre entre su hijo y Odin; nació Ásarr Ráge.
Sin embargo, Ásarr extrajo tanta de la energía vital de Göndul cuando nació, que le debilitó hasta hallarse en los lindes de la muerte. Sin fuerza alguna, su cuerpo se marchitó y su espíritu le abandonó llevándole a la muerte.
EARLY LIFE
Debido a su condición nata de semidiós, a medida que Ásarr crecía se sentía completamente diferente a los demás niños y quienes le rodeaban lo percibían de la misma forma. Solía verse involucrado en conflictos dónde solía llamar la atención con frecuencia de la muchedumbre.
Incluso a una edad temprana, Ásarr exhibió habilidades físicas excepcionales; muy superiores a las de un guerrero de élite, conocidos como Berserkers. La cualidad natural más reconocida por quienes lo enfrentaban, era la fisiología hibrida de la que provenía. La piel de Ásarr, músculos y tejidos óseos poseían varias veces la densidad de los mismos tejidos en el cuerpo de un guerrero, contribuyendo a un peso sobrehumano y una inmunidad ante las armas comunes como el acero. Siendo considerado un niño procedente de la divinidad.
Los dioses Æsir custodiaban de cerca la aceptación que el hijo de Göndul estaba recibiendo en la población Vikinga, anhelaban que Ásarr se entregase a la voluntad de los dioses; para regocijarse de las épocas hazañas que podría lograr en su nombre, llevando a una imprevista decisión de Frigg de perdonar su vida; y adoptarle como hijo, asegurando un futuro no adverso para Ásgarðr.
Loki, decepcionado por la decisión de la diosa mayor, sentía frustración al imaginar que el futuro de Ásarr sería atestado por la gloria y la excelsitud de su nombre. Por ello, en Ásgarðr, el dios de las artimañas hurtó de las propiedades de Odin, la sagrada espada de «Thyrfing» (Segadora; Asesina); una de las armas más temidas de la mitología nórdica.
El malicioso dios; no conforme con esto, sentenció aquél cuerpo inerte de Göndul, restaurando su juvenil y rozagante hermosura, cristalizándolo en un mágico cuarzo de amatista indestructible e impenetrable; junto a la espada maldita, aquel cristal fue puesto sobre la cúspide de la Isla Ávalon, donde la majestuosa belleza divina que le favorecía, perduraría por toda la eternidad. Comenzando a tejer la vileza de sus planes que se conocerían en los años venideros.
Al verle palidecida y petrificada; sin el rosáceo tono que matizaba sus pómulos y sin su alborozada sonrisa, Ásarr; a tan sólo 7 años de edad, devastado y enfurecido, sin comprender la situación de su madre, afligido lloró e intentó cada día —Durante 3 años consecutivos— Lograr empuñar la espada o hacer alguna fractura al cristal, con diferentes armas y tácticas ingeniosas; sin nadie que le apoyase, empero; sus intentos fueron fallidos consiguiendo únicamente debilitar sus energías.
Con el pasar de los años, diversas hazañas; victorias, travesías e incursiones alrededor del mundo, relatadas en poemas éddicos y manuscritos, convirtieron a Ásarr en el mayor de los guerreros de Miðgarð. Rápidamente, se alzó al rango de los combatientes élite de Odin, uniéndose a ❝los catadores de sangre❞: los Úlfhéðinn; a la corta edad de 17 años, siendo clave participe de decisivas guerras que lograron asegurar el poderío del reino de Haraldr; quién adquirió el seudónimo de «El unificador de reinos» y como gratificación, le concedió una orden directa para ser liberado; acabando con la condición de su esclavitud.
Cada día, visitaba el cristal donde se encontraba el cadáver de su madre visible; tan idéntica como siempre, para sentarse a conversar sobre las experiencias que vivenciaba como guerrero.
Al llegar a sus 22 años, llegaba el momento clave de su vida , ya era admirado, respetado y vanagloriado como un gran héroe de guerra; considerado en las tierras del norte, como un ser cuya fuerza y voluntad eran inigualables; inclusive por otros Úlfhéðnar de primera clase. Conocido también por ser un apasionado e impulsivo.
Muchos jóvenes, idolatraban a Ásarr, y buscaban unirse a los Berserkers para convertirse en épicos héroes; tal y como lo era él.
La perversidad de Loki finalmente comenzaría a emerger, despreciando la heroicidad con la que Ásarr era venerado. A causa de ello, se disfrazó de «Norna», manifestándose en los sueños del rey Haraldr, atribuyendo la muerte de Göndul a los dioses del Æsir, por hacer uso de la brujería Seiðr. Advirtiéndole también, que eventualmente le derrocaría y lo suplantaría como el verdadero Rey.
A raíz de esto, las especulaciones respecto al motivo de la muerte de Göndul; comenzaron a surgir en la población nórdica por parte de la obsesión de Haraldr. Ante su ferviente creencia en los dioses, Göndul fue señalada y difamada como una bruja pagana merecedora de su muerte; tallando en piedras alrededor del cristal donde yacía, con palabra como: «Heks» y «Jævla» (Bruja y maldita). Por su parte, Ásarr —Debido a la disensión generada por sus enemigos— adoptó el seudónimo popular de: «El Indigno», siendo rechazado por la multitud que alguna vez lo admiró; hasta tal punto, de obtener un precio a su cabeza y recibir diversos atentados de muerte en su contra.
Ásarr desató una guerra contra los reinos implicados, destruyendo «Reikiavik», incendiando la ciudad y matando a muchos de los habitantes; dejando como legado, uno de los poemas épicos que relataban como las llamas envolvían su cuerpo a cada paso que daba y como el acero maldito de «Thyrfing» —La espada segadora— Se tiznaba con un lienzo rojo de sangre que le fortalecía.
A partir de aquella masacre nocturna, a Ásarr Ráge —A causa de su mítico fatalismo— Se le fue dado un apelativo que lo marcaría durante el resto de su existencia: «RÁZADOR» y dio paso a fortificar los cimientos de su naciente imperio; ascendiendo al último escalón de la estirpe humana: El Rey. Declarando la guerra inminente contra los dioses
MIDDLE AGE: ÁSARR AND THE WORLD TREE
Durante casi dos décadas; año tras año, arrasaba con sus enemigos y con cualquier agrupación que formasen en su contra, conquistando territorios que enaltecían primordialmente a los dioses del Æsir. Su prestigio y renombre crecieron a nivel global por los humanos; externos a su cultura, después de las incursiones hacia el Oeste, desde el Mar báltico hasta las Islas británicas; e inclusive el imperio franco y tierras europeas cuyos dominios aún no habían sido consolidados. Se le consideraba el mayor viajero y explorador existente en su tiempo.
Estableció una alianza con los Vanir —Grupo de dioses— Quienes actualmente lideraban la oposición en contra de las deidades de Asgard. Durante aquel vínculo, aprendió por parte de Freiya la práctica del Seiðr y la antigua escritura del la antigua escritura del Fuþark —Lenguaje rúnico— por parte de uno de los elfos del «Alfheim», donde adquirió habilidades arcanas y mágicas de alto nivel; adoptándolas como costumbre propia a pesar de ser consideradas artes impropias de un hombre.
En su estadía en «Vanaheim», adquirió conocimientos con relación a su cultura; creciendo no sólo en habilidades. Su sed de aventura y naturaleza inquisitiva, le llevó a realizar éxodos que cambiarían su vida drásticamente; llevándolo a realizar travesías e incursiones a lo largo de los míticos nueve mundos del Yggdrasil, logrando épicas hazañas con las cuales trascendería de ser un héroe vikingo, a una leyenda en vida.
Durante sus primeros viajes; según los relatos extraviados de la Prose Edda, llevó acabo heroicos y gloriosos enfrentamientos con mitológicos entes a lo que ningún humano podría alcanzar; desde Surt —El líder de los gigantes del fuego eterno de «Muspelheim»— cuya batalla se prolongó a doce días sin cese alguno de espadas y con ligeros lapsos de reposo para ambos, hasta Níðhöggr —El dragón de hielo procedente de «Nifelheim»—. Ásarr, siendo un guerrero insurgente entre los Vikingos; había derrotado ya a bestias mitológicas; como dragones o los gigantes del mismo «Jötunheim» y de «Muspelheim».
Durante la Saga del «Gylfaginning», después de una interminable sucesión de pruebas a su valentía y coraje; tramadas por las Norns —Seres femeninos que gobiernan el destino de los hombres y los dioses— logró llegar hasta el mítico lago de Urðarbrunnr. Rázaðor se sumergió en aquellas legendarias aguas; abstrayéndose, demostrando una vasta fuerza de voluntad que impidió que fuese consumido por la misma.
Durante los siguientes años, Ásarr viajó inmerso en la corriente de aquel lago, siendo uno mismo con la energía vital del planeta; adquiriendo una enorme cognición respecto a muchos de los sucesos acontecidos; con leves vestigios del futuro que no lograba prever. Sin embargo, su poder y conocimiento crecieron, a tal grado que visualizó la verdad respecto a la muerte de su madre; con la nimiedad de los detalles. Aun así, su relación con los dioses del Æsir continuó siendo la misma, el Razaðor no podía tolerar la vileza con la cual Göndul fue despreciada y exiliada.
Urðr, Verðandi y Skul; las tres doncellas nornas, al contemplar la salida de Ásarr del pozo de Urð, tan pálido como la nieve y tan sólido como las ramificaciones del fresno, notaron inmediatamente que el Razaðor había adquirido la Lifeforce que requería para sobrevivir en el mundo de los muertos; por ello, le otorgaron una visión de su futuro, envuelto en esplendor y magnanimidad; y así mismo, guiarle en su último destino.
Así, como última incursión, Razaðor se adentró en el reino de las almas perdidas; el «Helheim». Donde al final de su ilustre travesía, tuvo un formidable enfrentamiento en contra del embaucador dios, Loki y su descendiente, Hela; quién regía en aquel reino de la muerte. Ásarr; con una férrea voluntad y grandes habilidades de combate, logró hacerse con la victoria, obligando a Loki a retirarse de la batalla. El orgullo del dios no permitiría al Rázaðor salir impune de aquella lucha; por ello, selló una maldición a su cuerpo híbrido del semidiós, dónde a pesar de estar condenado a morir, sus legendarios y extraordinarios atributos, se irían marchitando conforme la edad fuese llegando para él; hasta eventualmente no volver a tener la capacidad de desplegar todas sus habilidades y quedar expuesto a la ambición de los humanos de algún día derrocar a Rázaðor.
Ásarr; satisfecho al haber logrado atravesar ocho de los nueve mundos, algo que nadie había logrado hacer con anterioridad, prescindió de aquella maldición y tomando la empuñadora de su Thyring, se retiró del lugar para así regresar a las tierras de Miðgarð, a la espera de algún día morir y conocer el noveno mundo; donde gobernaba su padre.
KING ÁSARR
Durante aquel periodo, regresó a Miðgarð; recuperándose y reponiéndose de todo el desgaste físico que había sufrido, aún poseía enemigos alrededor del mundo humano y no debía ser descuidado. Para su sorpresa, el mundo le observaba con ojos de leyenda; logrando una gran acogida entre los humanos y convirtiéndose en el héroe más grande de todos los tiempos.
Haraldr Halfdanarson, conservaba la animosidad y el rencor en contra de Ásarr, finalmente llevándole a un acto desesperado de retarle en batalla por la gloria, obteniendo como resultado su propia muerte y el ascenso de Ásarr como líder máximo de la dinastía de los Vikingos ante la falta de un gobernante.
Aceptó el trono con reticencia y asumió el liderazgo de los hombres. A causa de esto, comenzó a hacerse más distante y menos empático a las necesidades de los hombres. Se dispuso como tarea final, a restaurar la posición de los nórdicos sobre la tierra como seres a respetar, en la búsqueda de expandir los horizontes de su gente a lo largo de Europa y Asia; pretendiendo regir bajo la unificación total y la gloria.
La creciente actividad de Ásarr resultó en un resurgimiento de seguidores para los nórdicos, y pronto surgió un templo en su honor. Su voluntad, de luchar por las vidas de sus seguidores lo puso en última instancia en la mira de otros reinos, quienes buscarían la manera de matarle.
Se dedicó a la conquista de la Tierra para poner orden a la humanidad; gobernando durante más de cincuenta años hasta su vejez. Los ciudadanos de Europa se habían hecho más cautelosos con Rázaðor, su espíritu aventurero le ponía en conflicto con los hombres poderosos que trataban de bloquear su ascenso, temerosos de perder su posición. Así, a quienes alguna vez consideró como sus aliados, finalmente lanzaron un asalto contra «Hleiðargarðr» —Ciudad principal donde Ásarr y su dinastía regían— Causando un golpe de estado que lo redujo a escombros. En el desastre que siguió, con un enfurecido Ásarr, quién exhibió la vulnerabilidad en la que se encontraba —A causa de la maldición de Loki— Perdió un brazo luchando contra los hombres. Durante el ataque recuerda una conversación que tuvo con su madre cuando era un niño, sobre lo que él llegaría a ser y el hombre en quién se convertiría.
Así, siendo atacado por todo un ejercito entero de Francos, ingleses y españoles quienes se encontraban sorprendidos de que sus armas cortasen la piel del Rázaðor.
Después de que los aliados que le traicionaron cesaran el ataque sobre el semidiós, estos yacían sorprendidos de que la vieja leyenda aún se mantenía en pie.
Ásarr se disculpa ante todos los guerreros Vikingos qué se mantenían fieles a su dinastía por el dolor con el que tendrán que cargar; un imperio envilecido y corrupto.
Acto seguido, cierra los ojos y muere ante sus heridas; de pie sobre las frías tierras del Norte.
El semidiós jamás se retiró de una batalla, ni dio un paso atrás a la hora de alcanzar sus metas. Esta es una de las claves para que su historia y su muerte se convirtiesen en una leyenda, marcando el fin de una Era y dictaminando el inicio de la siguiente.
El cuerpo de Ásarr, fue enterrado en la Isla Ávalon —La misma donde su madre yacía cristalizada— Su manto y su espada Thyrfing fueron puestos sobre su tumba, conservando aquel túmulo en honor al rey y conquistador de los nueve mundos, además de otros monumentos funerarios típicos en los Vikingos.
Su muerte causó un cataclismo devastador para el equilibrio en Miðgarð. Debido a su gran poder e influencia, muchas de los territorios controlados y protegidos por él, descendieron en la anarquía cuando diversos ejércitos Vikingos comenzaron a invadir sus territorios. Sus hazañas, con el paso del tiempo fueron catalogadas como un mito, una leyenda que quizás jamás llegó a existir. En la nueva Era, el linaje de Haraldr retornó a la monarquía.
RETURN OF RÁZADÓR
Después de la muerte; el alma de Ásarr llega hasta Ásgarðr, recibiendo por parte de Óðinn el deífico castigo.
Posterior a la catástrofe del «Ragnarök»; años después, Balder, el más puro e inocente entre todos los dioses, liberó a su hermano —el semidiós cuyo deífico linaje desciende del Allföðr— del presunto “castigo” que le impuso su padre, Óðinn, al arrojarle al eterno vacío del Ginnungagap, atado por grilletes y las irrompibles ligaduras de Gleipnir; desde los tobillos, las muñecas y el cuello. Encomendando un nuevo destino en sus aguerridas manos, otorgándole un obsequio de las tierras imperecederas, haciéndolo inmortal y esencialmente inmune a los estragos del tiempo.
El legendario héroe renace, dispuesto a cumplir la profecía que cobija a su grandeza.
Ásarr Rhage (Old norse: Ásarr Ráge)
LINEAGE:
Ásgarðean | Demigod | Vikingr
STATUS:
Alive
BORN:
c. 860
HOME AND REALM(S):
Kánalðar | The Norse Kingdom
(Konungarðr, Garðrárn & Norðanheimr)
https://iorbix.com/forum?fid=5308795192309&name=K%C3%A1nal%C3%B0ar
ALLEGIANCE AND KIN:
The Æsir
[E.A.] (Elite Army — Leader)
[Rázaðor-Kussari] (The Rázaðor Pirates)
LIVELIHOOD:
High king — Asgarðean Hero
WEAPON(S)
Heilagreinn —The Holy One—
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WAR STEED:
Queen Kjárr, mítico corcel hembra, oriundo de la estirpe de Sleipnir. Se caracteriza por su extraordinaria belleza, de blanco genuino e inmaculado, una rapidez deífica, y una formidable talla, más alta que cualquier caballo. Otra característica es su orgullo desmedido, que no parece atenuarse con el tiempo.
OTHER NAME(S):
Rázaðor (Divine Wrath onrush - Ruthless) —ó Rásoðr—
Etimología: Epíteto en el antiguo nórdico, es origen del nombre Rás-á-óðr
(anglicizado como Rázaðor), y significa "Embestida de la Furia Divina"; (se considera como el kenning figurado de "Imparable" o "implacable", como referencia a la indómita fuerza de Ásarr; sinónimo de Berrserkr). Rás (rush). Á viene del Proto-Nórdico ᚨᚾ (on), y finalmente Óðr ("furioso", "vehemente", "poseído"); en el alto alemán antiguo ("furia" "rabia").
TITLE(S):
—Bardagaguð (❛God of War❜)
—Guðkonungr Rázaðor (❛God-King Rázaðor❜)
—Banagoð (❛Bane of the Gods❜)
—Norðrmenni Hákonungr (❛The High King of the Norsemen❜)
—Kánalðar Ellri-konungr (❛Elder King of Kánalðar❜)
—Ragnakappi (❛Champion of the Gods❜)
CHARACTER TYPE AND PERSONALITY:
#660000
De niño, Ásarr solía ser atento e inteligente, simpático y de buen trato con los demás a pesar de su condición de esclavo. Hijo ilegítimo del Allföðr Odin y de la hermosa e infortunada Göndul, una dísir por quién conservaba un lugar especial en el corazón, debido a que no logró conocerla pues su fatídica muerte dio lugar al concebirle. Aunque adorable en su momento, también era rencoroso y vengativo; empero, solía tener estas dos cualidades bajo control. ❝Razaðór's strength is unreal. He is far stronger in reality than any story you might have heard about him.❞
Era ferozmente leal, haciendo lo que fuera para evitar cualquier perjuicio a aquellos que estaban cerca de él. El único precio por su entrega era la misma lealtad que él daba a los demás.
Ásarr tuvo que aprender a crecer rápidamente, debido a la carencia de vínculos familiares que poseía. Esto hizo que madurara y percibiera el mundo más allá de lo regular para su edad, para que pudiera navegar sus complicadas relaciones dentro del mundo humano. Además, la condición de semidiós le ha hecho tanto un hombre con el deseo de probarse a sí mismo como guerrero, hasta conocer sus límites. Un verdadero vikingo en ascenso a la grandeza, hasta ser conocido por todos como "el semi-divino" y la naciente estrella de los vikingos, haciendo que el orgullo y la arrogancia se consolidaran en él. Se había convertido en un altivo guerrero, constantemente auto-valorándose, y odiando ser reprendido o sermoneado por cualquiera.
A medida que crecía, su fama iba creciendo, volviéndose más y más arrogante, consciente de que era uno de los más grandes nórdicos que habían nacido a lo largo de la historia; una leyenda viviente, creyendo escrupulosamente que podía superar a cualquiera, con una inclinación a mostrar todo su potencia. Esto le había llevado en múltiples ocasiones a ser, apasionado, imprudente e impaciente; confiado y audaz, demostrando una falta de sutileza. Sin embargo, aunque sus tácticas fuesen imprudentes y poco ortodoxas, eran apreciadas por el hecho de que nunca se arriesgaría la vida de nadie sin poner en riesgo la suya también.
Ésta era una de las razones de la popularidad de Ásarr con las tropas que le servían: Su disposición para luchar en primera línea de combate, y no esperaba nada de nadie que él mismo no estuviera dispuesto a hacer.
Era honesto de una manera innata y detestaba a totalidad tanto la mentira, como la decepción. Expresaba animadversión especialmente a los reyes que confluían en su misma jerarquía, considerando firmemente que la mayoría de ellos eran codiciosos y vanidosos; sin derecho a tal honor...
Ha adoptado una "brújula moral" clara, al igual que un verdadero y agudo sentido del honor, que sólo profesa por aquellos a quienes considera merecedores de ello, además de una justicia a su propia percepción.
A pesar de que sus cualidades le señalan como un brutal guerrero, vano, despiadado y conquistador sanguinario, Ásarr es un hombre dedicado a su linaje también. Si bien es un gran guerrero, se le caracteriza por ser un mejor líder para sus subordinados, quienes le adoran e idolatran como a una deidad propia.
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❝Es semidivino y completamente precioso. Otros hombres ni siquiera pueden aspirar a ser como él. En su mayor esplendor, los hombres ni siquiera pueden soportar mirarlo. Él está justo por encima y más allá.❞
Posee intactas e incuestionables habilidades políticas a pesar de poseer una tendencia a poner el honor ante la razón; suele ser muy pragmático cuando de política se trata, siento tan eficiente tanto como un guerrero vikingo; como un Rey.
A pesar de mantener un obstinado silencio, suele expresarse con sarcasmos y constantes veces con eufemismos y elocuencias, dignos de su altiva arrogancia.
THE LEGEND [DEATH AND REBIRTH]
❝Aún cuando sabía que moriría, jamás se rindió... Aún cuando perdió la mitad de su rostro...Aún cuando fue cortado innumerables veces... Aún cuando su tórax recibió el frío acero de centenares y millares de flechas...
Él continuó derribando a sus enemigos con un sólo brazo y ardiendo de furia...
Si algo queda claro, es que este hombre, ¡Fue un titán!
¡Su gloria resplandeció!
¡El hijo del gran "Allföðr" Odin!.❞
Él continuó derribando a sus enemigos con un sólo brazo y ardiendo de furia...
Si algo queda claro, es que este hombre, ¡Fue un titán!
¡Su gloria resplandeció!
¡El hijo del gran "Allföðr" Odin!.❞
Sin embargo, la muerte ha diversificado su personalidad en gran medida. A pesar de sus convicciones y honorables compromisos previos como Rey, su experiencia de ser asesinado a la edad de 96 años tras una guerra civil a mano de hombres aliados y codiciosos de su propia dinastía a traición.
Luego retornar del eterno vacío del Ginnungagap; le ha hecho mucho más cínico y nihilista. A pesar de no perder su determinación sobre la lucha, se convierte en una persona mucho más solitaria y melancólica. Previsiblemente, Ásarr intencionalmente interpreta esta concepción con fines de guerra psicológica.
Después de pasar siglos, con el tiempo recobraría muchos aspectos de su personalidad pasada, inclusive los matices culturales que le preceden con más. Sin embargo, su larga longevidad le ayudó a ser un guerrero más experimentado de lo que alguna vez llegó a ser, alcanzando el máximo escalafón que un nórdico pudiese lograr en la tierra.
En la actualidad, Ásarr posee una implacable determinación parece ser no igualada por ningún otro ser. Sin embargo, su equilibrio emocional se encuentra en una constante lucha ocasionada por los vestigios de su pasado y sus actos bizarros; influyendo en su presente de manera trascendental. Él estaría impulsado no sólo por su sed de batallas y glorias; sino también, por su sed de conocimiento y la naturaleza inquisitiva.
AS LEADER VIKING AND FIGHTER
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❝Aquél hombre audaz, que no teme a nadie ni a nada.❞
Ásarr encarna los ideales de los nórdicos aunque la profundidad de su devoción consigo mismo, siendo desafiante de los Dioses y de cualquiera que se considere una deidad. A pesar de todo, conduce a su absoluta fe a su férreo instinto, al igual que la frecuente atribución a los giros y vueltas que puedan presentarse en el devenir.
En contraste con su personalidad sombría y noble, Ásarr encarna el fatalismo atroz de los vikingos; de aquí proviene el significativo seudónimo de: «El Rázaðór», por lo que él se mantiene firme en sus creencias y se somete a su propia voluntad indeliberada y espontánea, a las cuales se les atribuye los giros abruptos que puedan surcar en su destino.
Como resultado, Ásarr a menudo suele ir a la batalla sin premeditación alguna, pues en ella el es quién decidirá su destino.
Aunque se sabe que por naturaleza es un luchador violento, las acciones de Ásarr tienden a ser para lo mejor; vive para la batalla, y disfruta de una buena pelea más que nada. Suele contradecir su propia lógica en la lucha. Por un lado, Ásarr desea aumentar su propio poder personal; por otra parte, oculta su fuerza para disfrutar de una lucha por el mayor tiempo; en un esfuerzo de contenerse para lograrlo.
A pesar de su tendencia a ser brutal, por lo general detiene la batalla si su oponente está demasiado herido para luchar, alegando que no está interesado en luchar "con débiles". Sin embargo, matará sin vacilar a su oponente si se niega a terminar su lucha.
Se mantiene fiel a los objetivos nórdicos con valor y coraje, también. Es valiente en la batalla, y respetuoso con dignos adversarios a quienes honra con un funeral digno de un guerrero; sólo si a su perspectiva son considerados como tal. También mantiene su palabra sin falta, incluso cuando se perjudicaría a él mismo. Es un ejemplo encarnado de virtud, creencia y devoción a sus ideales, demostrando una naturaleza sanguinaria contra sus adversarios; sobre todo a los sajones en su tiempo.
APPEARANCE:
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❝Se decía que Ásarr era el más bello y valiente entre los nórdicos. Alto, con ojos brillantes, veloz como ninguno y dotado de una voz realmente poderosa, capaz de propagar el miedo a las líneas enemigas.❞
En su madurez, fue formado con fuerza y gracia, digno de la alta estirpe de lo Ásios. Es un hombre de regia apariencia, con una elevada estatura de 1,95 Mts (6'3½"), de faz juvenil, noble y hermoso, aunque ceñudo de cara. En la constitución de su cuerpo, que aunque ágil, es poderoso en sus extremidades, pues la fortaleza física se aprecia por lo atlético y hercúleo que luce, como acero bien templado.
Blanca era su tez y el ramaje de sus cabellos, sueltos y dorados como el oro pálido, resplandecían a la luz del sol. Y sus ojos, de brillo penetrante, eran azules, místicos como gemas que arden pálidas, moteadas por la plata como luz de luna. Capaces de traspasar las honduras de las sombras y los lugares más oscuros.
Cómo es propio de un Vikingo, sus ojos han sido perfilados y pintados, aplicando un oscuro pigmento con el propósito de realzar su fiera mirada. A diferencia de otros vikingos, quienes utilizaban maquillajes a base de barro, hierbas, minerales y grasa animal; las marcas negras que rodean los párpados de Ásarr son un grabado permanente.
Una de las características más afamada, era su rostro, pues se decía, era más bello de entre la gente en Días Antiguos. Y en él, brillaba un temple, puro y decisivo que reflejaba su corazón, el cual ardía en demasía cuan fuego secreto que le animase su interior.
Sus ropas varían en consecuencia de la situación, como rey y dios-guerrero, viste una espléndida cota de malla, en hilos entretejidos de plata y oro, con anillos eslabonados; en acero Ásgarðriano. Y así mismo, eran sus grebas, braceras y hombreras, éstas últimas arropadas con una capa de marta cibelina, sujetado desde una fíbula dorada con el símbolo de un cuervo.
En formas más casuales, sus ropas aunque suntuosas, suelen ser de lana y cuero tratado. Engalanamientos típicos de un rey bárbaro.
Algunos símbolos se aprecian en su torso desnudo, uno de los más característicos embellecía la mitad de su tórax, un símbolo con un cuervo , asociado a su padre, El ❝Allföðr❞ Óðinn.
Otro de ellos, decoraba algunas siglas en el idioma rúnico sobre la parte superior de su espalda desde aquel ascenso a la soberanía:
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ᚴ ᚢ ᚦ ᚠ ᚬ ᛚ ᛣ ᚠ ᛁ ᚴ
❝BARDAGAGUD❞
❝BARDAGAGUD❞
[med]God of War[/med]
BIRTH
Ásarr Ráge —Comúnmente llamado Rhage por la antigua tribu de los Saxones— Es el hijo de sangre de Odin; Allföðr de Ásgarðr. Aquel dios de la sabiduría, había sido embelesado por la fascinante belleza divina de la Dísir, Göndul y la perfecta sublimidad de sus facciones, implicando el idilio clandestino entre ambos. Tras el discernimiento y la intuición de la diosa mayor Frigg de aquella infidelidad, quién había tenido un presagio del nacimiento de Razaðor como una damnación y cuyos ❝heroicos y malditos❞” actos determinarían el futuro de los dioses; tanto Vanir como Æsir, tomó la decisión de desterrar a Göndul de las sagradas tierras de Ásgarðr, con la promesa a Odin de no hacer daño alguno al bebé; quién aún no había sido concebido.
Paradójicamente a su naturaleza como diosa de la maternidad, Frigg constantemente hilaba cúmulos y nubarrones de tempestad durante cada uno de los meses de embarazado de Göndul, cuyas aguas hacían de las fructíferas tierras del norte un terreno árido e infértil con el propósito de evitar el nacimiento de Ásarr. También, acudió en secreto a las discordias del embaucador dios Loki quién envió diversas bestias y criaturas humanas en búsqueda de un infalible asesinato a la antigua Dísir a sangre fría. Para fortuna de Göndul, el mismo dios del engaño; Loki, —Quién yacía interesado en el nacer del semidiós— fue el encargado de mantenerla oculta de la ira de Frigg, conservándola como esclava en uno de los pueblos germanos del Mar báltico.
Durante aquella época, ocurrió un suceso trascendental para la cultura nórdica, conocido en el antiguo nórdico como el «Dæȝ Dauðr» o ❝El día muerto❞. Frigg, iluminada por su premonición, conocía a perfección el día con exactitud en el cual el indigno semidiós nacería; por ello, llevó a cabo una masiva cruzada en contra de todos los bebés que se fuesen a engendrarse en aquel día. Así, siendo causante de una de las masacres más barbáricas, al asesinar a miles de niños dentro del vientre de sus madres. Un hecho del que más tarde el semidiós se atribuiría la culpa.
Finalmente, durante la «Saga Blótgyðja» ❝El sacrificio❞, en el Mes del Sol «Sólmánaðr» (Mediados de Junio y Julio), después de haber contenido el embarazo durante diecinueve meses, con una ferviente fuerza de voluntad y logrando engañar a los dioses de la relación de sangre entre su hijo y Odin; nació Ásarr Ráge.
Sin embargo, Ásarr extrajo tanta de la energía vital de Göndul cuando nació, que le debilitó hasta hallarse en los lindes de la muerte. Sin fuerza alguna, su cuerpo se marchitó y su espíritu le abandonó llevándole a la muerte.
EARLY LIFE
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Ásarr fue originalmente propiedad de un caudillo para quién Göndul trabajó en la servidumbre, durante la soberanía de Haraldr Halfdanarson, quién regentaba como el rey de aquella época. ❝I knew ever since I was a child, I was not like the others. I knew mine was a special existence.❞
Debido a su condición nata de semidiós, a medida que Ásarr crecía se sentía completamente diferente a los demás niños y quienes le rodeaban lo percibían de la misma forma. Solía verse involucrado en conflictos dónde solía llamar la atención con frecuencia de la muchedumbre.
Incluso a una edad temprana, Ásarr exhibió habilidades físicas excepcionales; muy superiores a las de un guerrero de élite, conocidos como Berserkers. La cualidad natural más reconocida por quienes lo enfrentaban, era la fisiología hibrida de la que provenía. La piel de Ásarr, músculos y tejidos óseos poseían varias veces la densidad de los mismos tejidos en el cuerpo de un guerrero, contribuyendo a un peso sobrehumano y una inmunidad ante las armas comunes como el acero. Siendo considerado un niño procedente de la divinidad.
Los dioses Æsir custodiaban de cerca la aceptación que el hijo de Göndul estaba recibiendo en la población Vikinga, anhelaban que Ásarr se entregase a la voluntad de los dioses; para regocijarse de las épocas hazañas que podría lograr en su nombre, llevando a una imprevista decisión de Frigg de perdonar su vida; y adoptarle como hijo, asegurando un futuro no adverso para Ásgarðr.
Loki, decepcionado por la decisión de la diosa mayor, sentía frustración al imaginar que el futuro de Ásarr sería atestado por la gloria y la excelsitud de su nombre. Por ello, en Ásgarðr, el dios de las artimañas hurtó de las propiedades de Odin, la sagrada espada de «Thyrfing» (Segadora; Asesina); una de las armas más temidas de la mitología nórdica.
El malicioso dios; no conforme con esto, sentenció aquél cuerpo inerte de Göndul, restaurando su juvenil y rozagante hermosura, cristalizándolo en un mágico cuarzo de amatista indestructible e impenetrable; junto a la espada maldita, aquel cristal fue puesto sobre la cúspide de la Isla Ávalon, donde la majestuosa belleza divina que le favorecía, perduraría por toda la eternidad. Comenzando a tejer la vileza de sus planes que se conocerían en los años venideros.
Al verle palidecida y petrificada; sin el rosáceo tono que matizaba sus pómulos y sin su alborozada sonrisa, Ásarr; a tan sólo 7 años de edad, devastado y enfurecido, sin comprender la situación de su madre, afligido lloró e intentó cada día —Durante 3 años consecutivos— Lograr empuñar la espada o hacer alguna fractura al cristal, con diferentes armas y tácticas ingeniosas; sin nadie que le apoyase, empero; sus intentos fueron fallidos consiguiendo únicamente debilitar sus energías.
Con el pasar de los años, diversas hazañas; victorias, travesías e incursiones alrededor del mundo, relatadas en poemas éddicos y manuscritos, convirtieron a Ásarr en el mayor de los guerreros de Miðgarð. Rápidamente, se alzó al rango de los combatientes élite de Odin, uniéndose a ❝los catadores de sangre❞: los Úlfhéðinn; a la corta edad de 17 años, siendo clave participe de decisivas guerras que lograron asegurar el poderío del reino de Haraldr; quién adquirió el seudónimo de «El unificador de reinos» y como gratificación, le concedió una orden directa para ser liberado; acabando con la condición de su esclavitud.
Cada día, visitaba el cristal donde se encontraba el cadáver de su madre visible; tan idéntica como siempre, para sentarse a conversar sobre las experiencias que vivenciaba como guerrero.
Al llegar a sus 22 años, llegaba el momento clave de su vida , ya era admirado, respetado y vanagloriado como un gran héroe de guerra; considerado en las tierras del norte, como un ser cuya fuerza y voluntad eran inigualables; inclusive por otros Úlfhéðnar de primera clase. Conocido también por ser un apasionado e impulsivo.
Muchos jóvenes, idolatraban a Ásarr, y buscaban unirse a los Berserkers para convertirse en épicos héroes; tal y como lo era él.
La perversidad de Loki finalmente comenzaría a emerger, despreciando la heroicidad con la que Ásarr era venerado. A causa de ello, se disfrazó de «Norna», manifestándose en los sueños del rey Haraldr, atribuyendo la muerte de Göndul a los dioses del Æsir, por hacer uso de la brujería Seiðr. Advirtiéndole también, que eventualmente le derrocaría y lo suplantaría como el verdadero Rey.
A raíz de esto, las especulaciones respecto al motivo de la muerte de Göndul; comenzaron a surgir en la población nórdica por parte de la obsesión de Haraldr. Ante su ferviente creencia en los dioses, Göndul fue señalada y difamada como una bruja pagana merecedora de su muerte; tallando en piedras alrededor del cristal donde yacía, con palabra como: «Heks» y «Jævla» (Bruja y maldita). Por su parte, Ásarr —Debido a la disensión generada por sus enemigos— adoptó el seudónimo popular de: «El Indigno», siendo rechazado por la multitud que alguna vez lo admiró; hasta tal punto, de obtener un precio a su cabeza y recibir diversos atentados de muerte en su contra.
Ásarr desató una guerra contra los reinos implicados, destruyendo «Reikiavik», incendiando la ciudad y matando a muchos de los habitantes; dejando como legado, uno de los poemas épicos que relataban como las llamas envolvían su cuerpo a cada paso que daba y como el acero maldito de «Thyrfing» —La espada segadora— Se tiznaba con un lienzo rojo de sangre que le fortalecía.
A partir de aquella masacre nocturna, a Ásarr Ráge —A causa de su mítico fatalismo— Se le fue dado un apelativo que lo marcaría durante el resto de su existencia: «RÁZADOR» y dio paso a fortificar los cimientos de su naciente imperio; ascendiendo al último escalón de la estirpe humana: El Rey. Declarando la guerra inminente contra los dioses
MIDDLE AGE: ÁSARR AND THE WORLD TREE
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―Njörðr❝...You are the most dangerous man on this earth...❞
Durante casi dos décadas; año tras año, arrasaba con sus enemigos y con cualquier agrupación que formasen en su contra, conquistando territorios que enaltecían primordialmente a los dioses del Æsir. Su prestigio y renombre crecieron a nivel global por los humanos; externos a su cultura, después de las incursiones hacia el Oeste, desde el Mar báltico hasta las Islas británicas; e inclusive el imperio franco y tierras europeas cuyos dominios aún no habían sido consolidados. Se le consideraba el mayor viajero y explorador existente en su tiempo.
Estableció una alianza con los Vanir —Grupo de dioses— Quienes actualmente lideraban la oposición en contra de las deidades de Asgard. Durante aquel vínculo, aprendió por parte de Freiya la práctica del Seiðr y la antigua escritura del la antigua escritura del Fuþark —Lenguaje rúnico— por parte de uno de los elfos del «Alfheim», donde adquirió habilidades arcanas y mágicas de alto nivel; adoptándolas como costumbre propia a pesar de ser consideradas artes impropias de un hombre.
En su estadía en «Vanaheim», adquirió conocimientos con relación a su cultura; creciendo no sólo en habilidades. Su sed de aventura y naturaleza inquisitiva, le llevó a realizar éxodos que cambiarían su vida drásticamente; llevándolo a realizar travesías e incursiones a lo largo de los míticos nueve mundos del Yggdrasil, logrando épicas hazañas con las cuales trascendería de ser un héroe vikingo, a una leyenda en vida.
Durante sus primeros viajes; según los relatos extraviados de la Prose Edda, llevó acabo heroicos y gloriosos enfrentamientos con mitológicos entes a lo que ningún humano podría alcanzar; desde Surt —El líder de los gigantes del fuego eterno de «Muspelheim»— cuya batalla se prolongó a doce días sin cese alguno de espadas y con ligeros lapsos de reposo para ambos, hasta Níðhöggr —El dragón de hielo procedente de «Nifelheim»—. Ásarr, siendo un guerrero insurgente entre los Vikingos; había derrotado ya a bestias mitológicas; como dragones o los gigantes del mismo «Jötunheim» y de «Muspelheim».
Durante la Saga del «Gylfaginning», después de una interminable sucesión de pruebas a su valentía y coraje; tramadas por las Norns —Seres femeninos que gobiernan el destino de los hombres y los dioses— logró llegar hasta el mítico lago de Urðarbrunnr. Rázaðor se sumergió en aquellas legendarias aguas; abstrayéndose, demostrando una vasta fuerza de voluntad que impidió que fuese consumido por la misma.
Durante los siguientes años, Ásarr viajó inmerso en la corriente de aquel lago, siendo uno mismo con la energía vital del planeta; adquiriendo una enorme cognición respecto a muchos de los sucesos acontecidos; con leves vestigios del futuro que no lograba prever. Sin embargo, su poder y conocimiento crecieron, a tal grado que visualizó la verdad respecto a la muerte de su madre; con la nimiedad de los detalles. Aun así, su relación con los dioses del Æsir continuó siendo la misma, el Razaðor no podía tolerar la vileza con la cual Göndul fue despreciada y exiliada.
Urðr, Verðandi y Skul; las tres doncellas nornas, al contemplar la salida de Ásarr del pozo de Urð, tan pálido como la nieve y tan sólido como las ramificaciones del fresno, notaron inmediatamente que el Razaðor había adquirido la Lifeforce que requería para sobrevivir en el mundo de los muertos; por ello, le otorgaron una visión de su futuro, envuelto en esplendor y magnanimidad; y así mismo, guiarle en su último destino.
Así, como última incursión, Razaðor se adentró en el reino de las almas perdidas; el «Helheim». Donde al final de su ilustre travesía, tuvo un formidable enfrentamiento en contra del embaucador dios, Loki y su descendiente, Hela; quién regía en aquel reino de la muerte. Ásarr; con una férrea voluntad y grandes habilidades de combate, logró hacerse con la victoria, obligando a Loki a retirarse de la batalla. El orgullo del dios no permitiría al Rázaðor salir impune de aquella lucha; por ello, selló una maldición a su cuerpo híbrido del semidiós, dónde a pesar de estar condenado a morir, sus legendarios y extraordinarios atributos, se irían marchitando conforme la edad fuese llegando para él; hasta eventualmente no volver a tener la capacidad de desplegar todas sus habilidades y quedar expuesto a la ambición de los humanos de algún día derrocar a Rázaðor.
Ásarr; satisfecho al haber logrado atravesar ocho de los nueve mundos, algo que nadie había logrado hacer con anterioridad, prescindió de aquella maldición y tomando la empuñadora de su Thyring, se retiró del lugar para así regresar a las tierras de Miðgarð, a la espera de algún día morir y conocer el noveno mundo; donde gobernaba su padre.
KING ÁSARR
Durante aquel periodo, regresó a Miðgarð; recuperándose y reponiéndose de todo el desgaste físico que había sufrido, aún poseía enemigos alrededor del mundo humano y no debía ser descuidado. Para su sorpresa, el mundo le observaba con ojos de leyenda; logrando una gran acogida entre los humanos y convirtiéndose en el héroe más grande de todos los tiempos.
Haraldr Halfdanarson, conservaba la animosidad y el rencor en contra de Ásarr, finalmente llevándole a un acto desesperado de retarle en batalla por la gloria, obteniendo como resultado su propia muerte y el ascenso de Ásarr como líder máximo de la dinastía de los Vikingos ante la falta de un gobernante.
Aceptó el trono con reticencia y asumió el liderazgo de los hombres. A causa de esto, comenzó a hacerse más distante y menos empático a las necesidades de los hombres. Se dispuso como tarea final, a restaurar la posición de los nórdicos sobre la tierra como seres a respetar, en la búsqueda de expandir los horizontes de su gente a lo largo de Europa y Asia; pretendiendo regir bajo la unificación total y la gloria.
La creciente actividad de Ásarr resultó en un resurgimiento de seguidores para los nórdicos, y pronto surgió un templo en su honor. Su voluntad, de luchar por las vidas de sus seguidores lo puso en última instancia en la mira de otros reinos, quienes buscarían la manera de matarle.
Se dedicó a la conquista de la Tierra para poner orden a la humanidad; gobernando durante más de cincuenta años hasta su vejez. Los ciudadanos de Europa se habían hecho más cautelosos con Rázaðor, su espíritu aventurero le ponía en conflicto con los hombres poderosos que trataban de bloquear su ascenso, temerosos de perder su posición. Así, a quienes alguna vez consideró como sus aliados, finalmente lanzaron un asalto contra «Hleiðargarðr» —Ciudad principal donde Ásarr y su dinastía regían— Causando un golpe de estado que lo redujo a escombros. En el desastre que siguió, con un enfurecido Ásarr, quién exhibió la vulnerabilidad en la que se encontraba —A causa de la maldición de Loki— Perdió un brazo luchando contra los hombres. Durante el ataque recuerda una conversación que tuvo con su madre cuando era un niño, sobre lo que él llegaría a ser y el hombre en quién se convertiría.
Así, siendo atacado por todo un ejercito entero de Francos, ingleses y españoles quienes se encontraban sorprendidos de que sus armas cortasen la piel del Rázaðor.
Después de que los aliados que le traicionaron cesaran el ataque sobre el semidiós, estos yacían sorprendidos de que la vieja leyenda aún se mantenía en pie.
Ásarr se disculpa ante todos los guerreros Vikingos qué se mantenían fieles a su dinastía por el dolor con el que tendrán que cargar; un imperio envilecido y corrupto.
Acto seguido, cierra los ojos y muere ante sus heridas; de pie sobre las frías tierras del Norte.
El semidiós jamás se retiró de una batalla, ni dio un paso atrás a la hora de alcanzar sus metas. Esta es una de las claves para que su historia y su muerte se convirtiesen en una leyenda, marcando el fin de una Era y dictaminando el inicio de la siguiente.
El cuerpo de Ásarr, fue enterrado en la Isla Ávalon —La misma donde su madre yacía cristalizada— Su manto y su espada Thyrfing fueron puestos sobre su tumba, conservando aquel túmulo en honor al rey y conquistador de los nueve mundos, además de otros monumentos funerarios típicos en los Vikingos.
Su muerte causó un cataclismo devastador para el equilibrio en Miðgarð. Debido a su gran poder e influencia, muchas de los territorios controlados y protegidos por él, descendieron en la anarquía cuando diversos ejércitos Vikingos comenzaron a invadir sus territorios. Sus hazañas, con el paso del tiempo fueron catalogadas como un mito, una leyenda que quizás jamás llegó a existir. En la nueva Era, el linaje de Haraldr retornó a la monarquía.
RETURN OF RÁZADÓR
Después de la muerte; el alma de Ásarr llega hasta Ásgarðr, recibiendo por parte de Óðinn el deífico castigo.
Posterior a la catástrofe del «Ragnarök»; años después, Balder, el más puro e inocente entre todos los dioses, liberó a su hermano —el semidiós cuyo deífico linaje desciende del Allföðr— del presunto “castigo” que le impuso su padre, Óðinn, al arrojarle al eterno vacío del Ginnungagap, atado por grilletes y las irrompibles ligaduras de Gleipnir; desde los tobillos, las muñecas y el cuello. Encomendando un nuevo destino en sus aguerridas manos, otorgándole un obsequio de las tierras imperecederas, haciéndolo inmortal y esencialmente inmune a los estragos del tiempo.
El legendario héroe renace, dispuesto a cumplir la profecía que cobija a su grandeza.