— Tranquila, no debes olvidar que soy una vikinga. Una tormenta no me asusta... Y estaba preocupada por Stormfly, necesitaba asegurarme ella estuviera bien.

No dudo en sostener las manos de la pequeña en un suave agarre, manteniendo en todo momento su sonrisa y calma, tratando que de aquel modo la preocupación de la princesa pasará.

— Estoy bien. Mis amigos se asegurarán de dar con Gothi para que me ayude.

-Llegando a ella pronto la tomó de las manos, horrorizada por lo que escuchaba de su amiga.-

¿Cómo paso? ¿Porque estabas fuera durante una tormenta? ¿estas bien? ¿Te hiciste daño?

Al no contar con su vista, el resto de sus sentidos se agudizaron, por eso le fue muy fácil reconocer los suaves pasos de la princesa, incluso antes de escuchar su voz. Con cuidado se giro en dirección a la menor, dedicándole una sonrisa tranquilizadora.

— Nada por lo que deba de preocuparse, princesa Athanasia. Solo consecuencias de un rayo que cayó cerca de mi. Estoy segura pronto volveré a ver.

¿Que le sucedió, Lady Astrid?

-La pequeña princesa corrió hacia su momentánea dama de compañía al verla algo desorientada.-