-Las palabras de juego habían terminado, el vikingo pudo saberlo al instante. Reconocía esa mirada en Astrid, al igual que el resto de sus gestos. Había estado aprendiendo de su forma de expresarse durante los años que habían estado juntos, así que no fue nada difícil saber que era cien por cien honesta esta vez-

Yo también de estar contigo, Astrid. Los mejores momentos son a tu lado.

-Le dedicó ese tono dulce al hablar, solo a ella. En ocasiones temía, temía poder perderla en alguna de las aventuras en las que se metían, pero sabía que moriría él mismo antes de dejar que algo fatal le sucediera a la rubia. Para demostrarle mejor su cariño, unió con cuidado sus frentes-

Sólo por un momento cerro sus ojos al sentir las caricias en su mejilla, colocando su mano sobre la contraria. Al alzar sus párpados, el brillo de diversión en su mirada había sido reemplazado por el afecto genuino que sentía por el castaño.

— Segura de que no lo hago. Realmente disfruto mucho de estar contigo. —

¿No lo dices solo para consolarme?

-Otra vez habló falto de seriedad, aunque sus próximas palabras harían el contraste, pues poseerían una indudable verdad con ellas. Para enfatizarlas, dejó caricias en una de las mejillas de la chica-

Tú eres mi vikinga favorita, pero sé aceptar una derrota si se trata de Toothless. ~

En esa ocasión su risa fue algo más alta, riendo abiertamente por la reacción tan fingida que mostraba el castaño. Sabía que su comentario no había sido tomado con seriedad, y eso solo hacia la vikinga continuara bromeando.

—¡Oh vamos! Sabes que no es así. . . No del todo. — Nuevamente se aprovechó de la cercanía entre ellos para volver a chocar suavemente su brazo derecho con el izquierdo contrario. — Quizás, solo quizás, sí prefiera más pasar tiempo contigo. —

-Se quedó boquiabierto, y de un segundo a otro se mostró muy ofendido, aunque simplemente era teatro. Negó con las manos, como si se rindiera a esa poderosa competencia que era su fiel dragón-

¡Ooh! Ya veo, ya lo entiendo. No hace falta que digas más. ¿Prefieres a Toothless? ¡Lo entiendo! Yo también lo preferiría a mi mismo. Lógico, lógico.

No pudo evitar una risa ante esas palabras, negando un par de veces. Ella realmente disfrutaba de pasar tiempo junto al castaño y su dragón, estaba segura de que nunca se arrepentiría de sus palabras, realmente apreciaba la compañía de ellos.

— Ni que fueras Snotlout para que me molestará estar contigo... Y una mejor compañía cuando esta Toothless. — Con obvias intenciones de molestarlo un poco es que diría aquello último.

-El beso a su mejilla lo dejó algo atontado, como si los labios de Astrid tuvieran alguna clase de hechizo que lo afectaba exclusivamente a él de esa particular forma. Quién lo diría, de niño, antes de tener el encuentro con Toothless, solo podía soñar con cosas así, y lo que podía aspirar a recibir de ella eran golpes. [?] Cuando reaccionó, sonrió poseyendo en los ojos un brillo especial-

No sirve arrepentirse después, ¿eh? Una vez que aceptas nuestra compañía, no te pondremos fácil librarte de nosotros.

Sabía que sus primeras palabras probablemente no serían lo que el jinete quería escuchar, pero sin duda era algo que ella creía, y siempre trataba que él no se emocionara demasido con aquella idea. Antes de la paz entre vikingos y dragones, nadie había visto un Night Fury, y la información sobre ellos había sido nula, casi inexistente. Siendo los jinetes quienes rellenaron esas páginas al observar a Toothless.

— Estas equivocado, tu hubieras llegado donde estas de cualquier modo, Hiccup. — Aseguró al sonreírle, para luego acercarse poco mas a él, y dejar un corto beso sobre su mejilla. — Igual siempre estaré acompañandote, a ti y a Toothless. —

Ya...

-Ese primer comentario lo desanimó un poco. Se había imaginado muchas veces la cara de felicidad de su compañero si encontraban otros como él, y a veces temía que ese feliz gesto nunca fuese a cumplirse. Así mismo, lo entristecía porque ni siquiera contemplaba la posibilidad de que Toothless quisiera ser libre junto al resto de su especie, llevaba tantos años a su lado, que era una posibilidad casi invisible para el vikingo. A pesar de eso, la rubia, una vez más, le devolvió el ánimo al instante. Sentir la mano femenina en su pecho lo reconfortó como pocas cosas lo hacían. Sabía que cuando ella hacía eso, estaba buscando ser un apoyo para él, pero además, hablarle con sinceridad-

Siempre sabes qué decir. ¿Sabes? Me gustaría que estuvieras con nosotros en ese momento. Siempre fuiste una parte indispensable del equipo. Sin ti, no habríamos llegado hasta aquí, Astrid.

Si alguien mas la estuviera abrazando con tanta confianza, probablemente ya estaría noqueado en el suelo. Algo de lo que el castaño se salvaba, ya que sin duda ella respondía al abrazo. Esa pregunta hizo dejará de ver a los dragones para girar su rostro hacia él.

— Hemos recorrido tantas islas del archipiélago sin encontrar indicios de ello, que aveces no estoy segura... —

Era sincera con lo que decía. Con cada isla nueva que descubrían, con cada nueva sección que agregaban al mapa, creía menos en esa posibilidad, pero luego veía a Hiccup y Toothless, los observaba enfrentarse a cazadores, dar con nuevas islas e incluso descubrir nuevas especies de dragones, y simplemente volvía a creer. Sonriendo, coloco su derecha sobre el pecho del castaño.

— Pero si en alguna parte del mundo hay otro Night Fury, el vikingo indicado para encontrarlo eres tu... Estoy segura que tu y Toothless lo encontrarían. Con ustedes no lo dudo. —