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I’m probably going to hell, mates. Might as well enjoy the ride.
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JB1535635 · F
Estaba perdida.
Estaba muerta.

Tronis, por todas las estrellas de Samael, cuando Emilia vea lo que has hecho va a asegurarse que jamás tengas descendencia. — Le dijo a su gato mientras que notaba el par de lienzos donde su pequeño felino había hecho sus necesidades. Emilia los había colocado en el suelo para que la pintura secara y ahora estaban adornados con... la última comida de su gato. — ¡Tronis! ¡Ya habíamos hablado de esto! — Jenna Bane se jaló los rulos, porque la pelirroja iba a llegar en cualquier momento e iba a lanzar desde la ventana al gato y dueña. Como un regalo de Satán, no pasaron más de cinco minutos antes que el pomo de la puerta de entrada comenzara a moverse.

Emilia.

Jenna se colocó pálida y comenzó a paniquear en su lugar. Tronis, casi percibiendo su final, soltó un chillido y se subió sobre la cabeza de su dueña esperando camuflarse en la maraña de rulos que ella tenía. Antes de que Emilia observara a sus futuras dos víctimas, la castaña apresó en su mano derecha el colgante de su collar, una rosa azul, y chilló: — ¡Rose, sácanos de aquí y llevanos donde no nos alcance el sol! — Cuando Emilia Decker ingresó a la habitación, encontró una de sus pinturas... húmeda y la segunda con unos restos de comida. Y la pelirroja juró que esperaría en ese preciso lugar a que Jenna Bane y Tronis llegaran para, efectivamente, lanzarlos desde la ventana.

Cuando Jenna sintió nuevamente la superficie bajo sus pies, abrió los ojos y se quejó un poco porque las garras de Tronis estaban hundiéndose demasiado en sus rulos. — Venga, bájate. Me vas a terminar arrancando cabello. — Su gato intercedió su mano que intentó bajarlo con un golpe gatuno y Jenna hizo una expresión de enojo. — ¡¿Qué te sucede, bola de pelos?! Te acabo de salvar de Emilia y-... Oye, ¿dónde estamos? — Jenna levantó la mirada reconociendo solo paredes de piedra y la apariencia de... — Se parece al camino que lleva al escondite de las tortugas ninja. Créeme, no me sorprendería que existieran, porque Linden dice que fueron inspiradas exactamente por una copia barata de estas cuando su creador quedó estancado en otra dimensión. Tremendo plagio al derecho de autor. — Tronis se acomodó mejor en su cabeza y mientras que Jenna caminaba, fue escuchando voces. — ¿Escuchas eso? Es el sonido de la civilización. Si te lanzas a la cara de alguno de ellos, no tendrás tu comida favorita por una semana. Estás advertido.

Y lo que encontró la hizo enarcar una ceja. Dos personas enfundadas en capas oscuras. Solo que uno era claramente mayor y estaba intimidando al menor. Tronis bufó apretando más sus garras en el cabello de Jenna y la muchacha tuvo las ganas de apretarle la cola para que aprendiera a respetarla. Sin embargo, tenía que encargarse de algo primero: — ¡Oye tú! ¡Métete con alguien de tu tamaño y deja a ese mocoso en paz! — Métete con alguien de tu tamaño dijo la muchacha que alcanzaba de puntillas el metro sesenta. Tronis reafirmó la postura de su dueña bufando un poco más y observando al chico. Y Jenna, con una mano en la cintura y la otra colgada en el aire, esperó una respuesta.