*La sonrisa jamás se borró del níveo rostro del guardián angélico, y fue el comentario de la joven ángel, la que lo regreso a la realidad o eso parecía, y era cierto, ya era tarde, y aunque se encontraban hospedados en una de las propiedades del serafín en el continente de Novoterra, aquella noche, solo eran dos seres corrientes, pues quería una velada tranquila, una buena cena, un buen café y una copa de vino, y la pequeña sorpresa que pensaba dar*

Es cierto, ya están esperando por nosotros

*Agrego el azabache y fue entonces que sonó el sonido de la trompeta del vehículo que llego a recogerlos, pues aquella noche, el serafín no quería prestar más atención a que a su joven dama*

Ese es Zack, creo que nos hemos tardado un poco…

*Agrego y rio ligeramente mientras se dirigía a la salida de la propiedad, en lo que algunos del personal del servicio de dicha mansión, abrían la puerta de acceso a la vivienda*

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— Creo que debemos irnos...luego, podemos continuar, ¿si?. Tengo mucho que contarte aún.—

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[code]Ese gesto del serafín, no se lo espero en ningún momento, en sus memorias podría decirse que era la primera vez que lo veía sonrojado, pero además de eso, feliz. Ella lo estaba logrando, había conquistado de por si al azabache, por lo que en el interior de su pecho se lleno de alegría, ¿qué más podía pedir al ser correspondida de la misma manera?. Solo tardaría unos segundos en pensarlo -bajando con ello sus manos- cuando de repente, sus labios se posaron sobre los suyos, no dudando en corresponder: y debido a la diferencia de altura, facilito más el tierno contacto al posarse entre sus puntas que le ayudaban a ser un poco más alta—...Asura...

Fue lo último que susurro con una pizca de entusiasmo mientras una de sus manos buscaron las del ajeno hasta entrelazar sus dedos.

— Soy muy feliz...—Mantuvo su inocente sonrisa al tiempo en que lo halaba cuidadosamente al percatarse de la hora que yacia en el reloj de la pared

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*El varón azabache sintió como su camisa fue halada desde la manga un poco deteniendo su avance, giro a verle, y cuando pensaba decir algo, sus negros irises se quedaron fijos en los ajenos, el rostro de la joven emitía una felicidad que se podía ver a leguas, escucharla fue de alguna forma enternecedor, incluso, las mejillas del varón serafín se tiznaron el sutil color rojizo para luego sonreír más tranquilo, dio un paso al frente regresando hacia ella, aquella, dulce y hermosa mujer*

No te disculpes, no lo hagas

*Agrego sutilmente, y luego deslizo su palma diestra por la ajena buscando entrelazar los dedos con los ajenos, no podía esconder la sonrisa en sus labios, no podía esconder el brillo de sus opacos irises, acerco sus labios a los ajenos, sellando un muy corto beso, solo una ligera demostración de afecto, pero al separarlos, no alejaría su rostro de lo ajeno más que algunos centímetros*

Yo también te quiero Ariel, te quiero demasiado

[code]Era la primera vez en mucho tiempo, desde su desaparición repentina, que Ariel se atrevía a decir sus sentimientos. Pero al decirlo, sentiría que un peso dentro de si, se iba desvaneciendo, a la vez que su sonrisa se ampliaba.

—¡Si!.—Aseguro lo que acababa de decirle—Te quiero tanto, Asura, que no me molesta que me beses, me...me ¡me gustaría que lo hicieras siempre!—Alzo por unos segundos la voz, tanto que al darse cuenta, su rubor aumentaría pero en su mirada había determinación, no se retractaba de sus sentimientos—Ahhh...lo s-siento...

Sus manos se dirigieron a su rostro en busca de ocultarse -a excepción de sus ojos-.[/code]

[code]Aunque el beso fue casi que fugaz para la chica, de sus mejillas no desaparecía ese color rojizo que fue provocado por el azabache. Y es que, no solo eso, sino que también su corazón palpitaba con tantas fuerzas que temía que este pudiese oírle -incluso creería por un momento que se había mostrado evidente con el contacto de los dedos sobre su piel- por lo que ante lo ocurrido, entrecerró sus parpados en un intento de ocultar las emociones que expresaban sus ojos azules: con suerte, un suspiro escaparía de lo más profundo de su ser, ¿cómo podía decirle que él era responsable de todo lo que producía en ella?. De nuevo, y con cautela, sus ojos buscaron los suyos mientras una sonrisa tímida se marcaban sobre sus finos labios

—Yo...—Sus temerosas manos bajaron a sujetar desde la manga de la camisa ajena, intentando detenerlo antes que todo quedará como si nada, con ello, sus dedos se atrevieron arrugarle—Te quiero...

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*al notar aquel nerviosismo en la joven Angel, el serafín oscuro no pudo evitar sonreír, elevó su mano diestra otorgando una sutil caricia en el ajeno rostro, su tersa y suave piel, lo puro de los ajenos irises*

Habrán cosas que no estés acostumbrada, pero con el tiempo se harán normales, sin embargo no es como si debas hacerlo, poco a poco, y si algo te molesta, solo debes hacérmelo saber...

*agregó el Azabache, y lentamente retiro la palma diestra de la femenina mejilla, admiro la silueta de la joven en aquel elegante vestido que perfectamente delineaba el ajeno cuerpo *

Es hora, debemos partir

[code]En todo momento se mantuvo lo bastante cerca, de modo que el vínculo que se creo con la mano en su cintura no se rompiera. Aún así, todavía ocasionaba un poco de nervios en la joven a falta de este tipo de experiencias, que fueron prohibidas por los cielos, al tratar que fuese alguien puro— Esta bien...esta bien, tu ganas esta vez, además tu elegiste mi vestuario para este día tan importante.—Se miro de perfil hacia el espejo pero tras volver a mirarlo sería sorprendida por ese fugaz beso que le haría detener su respiración por unos instantes en el que su corazón volcó— A-A-Ahhhh...—No era capaz de articular palabras, sino que sus manos temblaron por las diversas emociones que la invadían.[/code]

*Aquel hombre de oscuros cabellos, no pudo evitar sonreír, mantuvo su mirada fija en la ajena mientras ella acomodaba la prenda desarreglada agregando con tranquilidad mientras observaba la figura de los dos en el espejo * no lo harías ni yo a ti Ari, solo bromeo, pero lo que si digo muy en serio es que te ves demasiado hermosa esta noche.. *mencionó y una vez su cuello y corbata estuvieron de manera correcta se inclino un poco para acercarse dejando un sutil y corto beso en los ajenos labios*....

[code]Dio un suave parpadeo al pestañar, mostrando un poco de confusión en sus ojos y es que en comparación a otras criaturas, la castaña era mucho más sencilla tanto en aspecto como en personalidad, ¿cómo alguien así podía fijarse en ella?. No obstante, aunque a veces esas preguntas nublarán su cabeza, su corazón mediante sus fuertes latidos disipaban esas inseguridades, porque después de todo, ante todas las adversidades, él volvió a buscarla para que formara parte de su vida— No engaño, no te haría tal cosa...—Murmuro con las mejillas un poco infladas, pero el miniberrinche duraria poco al percatarse de aquel pequeño desarreglo— No me digas que...—Rio con suavidad, dando media vuelta para verle de cerca y acercar sus dedos a la prenda— No puedes ir así. [/code]