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Datos Personales



[med]Nombre : Corina Dekker
Nombre real: Astra [ [code]Αστρα[/code] ]Como una estrella
Sobrenombre: O Diávolos [[code]ο διάβολος[/code]] | der Teufel | The Demon
Nacimiento: En la culminación de la batalla de Maratón, 490 a.C.
Raza: Semidiosa
Edad aparente: 24 años
Lugar de origen: Inframundo | Platea
Afiliación: El Hades | Elite Army [ Miembro ]
Ocupación: Guardián de la entrada a el Tártaro | Proveedora de armas
Reside: Munich - Alemania [/med]

Historia

[code]Hades era conocido como el dios de la muerte, hermano de Zeus y Poseidón e hijo de los titanes Cronos y Rea. A Hades se le concibió el deber de regir el reino de los muertos, mejor conocido como el mundo que no se veía y que recibió el nombre de Hades. Aquel dios estaba casado con Perséfone, hija de su hermano Zeus y de su hermana Deméter, diosa de la agricultura, sin embargo, este matrimonio jamás consumó ningún hijo.[/code]
[code]Astra fue creada a partir de la idea de Hades de mantener seguro el tránsito de almas dentro del reino de los muertos, así pues, indignado por el hecho de que su hermano Zeus pudiese crear vida sin necesariamente procrear de manera biológica aumentó su necedad hasta el punto de cegarlo. Al ser muy difícil que éste subiera a la tierra de los vivos por lo necesario intentó persuadir a Perséfone para hurtar la ambrosía que poseía su madre Deméter y cuando ella subiese a verla serían tiempos de cosecha, por lo que le facilitaría la labor, sin embargo, Perséfone se negó. El plan de Hades se distribuyó por ninfas y dioses hasta llegar a los oídos de Ares, el cual descendió al reino de Hades y aceptó su encomienda a cambio de que le dejara elegir con que material crearía a sus tres vástagos, a lo cual Hades aceptó.
Así fue que cursando el año 490 a.C. cuando Perséfone fue a la visita anual con su madre Ares la siguió y logró despojar la ambrosía de la custodia de Deméter, remplazándola por cebada inmadura recién cortada de los campos cercanos a Atenas y mientras la primera Guerra Médica se encontraba en su culminación, Ares se colocó una armadura típica de Atenas y se infiltró al campo de batalla para recolectar arena de las playas de Maratón, en las costas de Ática donde se llevaría a cabo el desenlace de aquella estruendosa guerra.
Al terminar Ares su deber llevó la arena y la ambrosía a Hades y se retiró a su templo; por su parte, el dios de los muertos colocó los tres montículos de arena y les roció de ambrosía, moldeándolos a su imagen hasta que de esos acopios de arena de la batalla de Maratón brotaron tres seres con fisiología humanoide, entre ellos una fémina, que más tarde fue llamada Astra la cual había sido rociada con mayor ambrosía que el otro par que nacieron varones, a los cuales llamó Brontë y Aetos. Al terminar aquella abominación presentó a sus “hijos” a Perséfone amenazándole de que si mencionaba algo sobre aquel acto barbárico le impediría visitar a su madre, a lo cual Perséfone aceptó quedando así en el pasado pues Zeus aplacó a Deméter y el hecho quedó olvidado.[/i][/b][/c]

Hades asignó a cada hijo una tarea que debían realizar hasta el fin de los tiempos, mientras Aetos custodiaba los campos Elíseos, Brontë se encontraba al cuidado de Cerbero y de los que intentaran huir del inframundo, y por último, a la joven Astra, le fue asignada la custodia de la puerta que daba la entrada a El Tártaro, la zona más oscura y profunda del Hades, por lo cual al ser tareas de alto riesgo para ellos, les brindó a sus hijos Astra, y Brontë el “El ojo que todo lo ve” [Το μάτι που βλέπει τα πάντα] para que pudiesen turnarlo entre ellos y sus tareas, mientras a ella le brindó una espada forjada con los enriquecidos minerales que se hallaban en aquel subsuelo, la cual era conocida como Airlia [Αιρλια, etéreo] , a Brontë le brindó un escudo nombrado como Admes [Αδμεσ] , el cual solo podía ser atravesado por la espada que ahora poseía Astra, ningún otro artilugio hecho por un dios o por un humano podría penetrarlo.

Al transcurrir los años, sus tres hijos comenzaron a crecer con la vehemente llama de la guerra en sus adentros y a pesar de que Hades había sido un padre benévolo, no dudaba en castigar a sus hijos cuando se sobrepasaban. Astra,, que había comenzado como voz de la razón a una corta edad, terminó rindiéndose ante los crecientes deseos que le proclamaba su origen, así fue que poco a poco fueron dejando sus responsabilidades para subir al mundo de los vivos y observarles en sus constantes pugnas.
La relación entre los tres hermanos era armoniosa, y fue así hasta que comenzaron a huir de sus deberes y cuestionar a Hades de sus decisiones, y continuando de esa manera hasta que al inicio de la segunda guerra médica en el año 480 a.C. los tres abandonaron el Hades y Brontë se colocó “el ojo que todo lo ve” para observar la ferviente batalla que se desataba entre los Persas y los Griegos, se infiltraron en la batalla robando armaduras de Platea, pero su inexperiencia en batallas le costó a Astra, una lesión en su ojo izquierdo, mientras que a uno de sus hermanos su mano derecha con la que blandía la espada, los cuales al ser despojados de ellos se convirtieron en simple arena. Al ganar la batalla contra los Persas se encaminaron a la batalla que se libraba en el mar Egeo, donde su barco fue volcado intencionalmente por las mareas que había creado el mismísimo Poseidón para llevar a los tres vástagos de vuelta al inframundo tragándolos hasta el fondo del océano.
Al llega al inframundo encontraron a su padre molesto, el cual incitándolos a la verdad o al destierro pidió que hablaran, y así fue como Aetos y Brontë dictaminaron que la culpa había sido de Astra, a lo cual Hades con gran pena desterró a su creación concediéndole solamente una ínfima parte de sus poderes, condenada a una vida inmortal entre los humanos hasta que ésta pudiese demostrar que era digna hija del gobernante de los muertos. Astra, cegada por su ira y con su visión entorpecida por la sangre que brotaba de su mal herido ojo izquierdo se abalanzó contra sus hermanos con el anhelo de acabar con ellos, pero ambos se unieron en un frente contra ella y mientras Aetos la contenía con su zurda, Brontë extirpó con brusquedad su ojo izquierdo, dejando aquella cuenca vacía y un dolor insoportable que, como parte de su castigo vuelve cada vez que los rayos de Helios tocaran esa zona de su rostro.
Colérica, Astra, arremetió contra Aetos desenvainando su espada despojando así de una sola tajada aquel único brazo que le había aprisionado, al verificar que ese miembro fuese reducido a arena continuó con su hermano Brontë al cual se enfrentó en una épica pero efímera que más tarde sería conocida por algunos pocos en el bajo mundo como “La guerra de los metales” [Πόλεμος των μετάλλων ] por las armas que tomaron partido en ésta, sin embargo cuando Astra, estaba a punto de vencer, Brontë manipuló a Cerbero y con su ayuda le desterró del hades, antes de que eso sucediera Astra , incrustó sus finos dedos en el ojo de su hermano, donde se encontraba alojado el “ojo que todo lo ve” y de un solo movimiento lo extrajo como venganza por su ojo tomado; el ojo de su hermano se desvaneció en pizcas de arena mientras develaba el verdadero tesoro, y así antes de que Cerbero la expulsara lo colocó en su cuenca izquierda, adquiriendo éste un color rojizo por la sangre derramada entre los descendientes de Hades .

[code]Desterrada a vivir entre los vivos y con varios de sus poderes limitados, castigada por los rayos que proveía Helios a su rostro provocándole aquel dolor agonizante, la joven colocó el tan característico parche que hasta la actualidad mantiene, protegiéndose así de aquella tortura cotidiana, pero cegando así aquel ojo tan preciado para ella.
Se dirigió hacia
Platea donde vivió algunos siglos, a veces siendo cómplice de Ares en las guerras que continuaban fervientes entre aquellas culturas, se volvió aprendiz del dios un tiempo, aprendiendo el uso de armas como espadas y lanzas, después de varios años concretó su entrenamiento y así decidió que era momento de desertar Platea, la cual ella reconocía como su único y verdadero hogar. Así fue que emprendió una travesía a los adentros del mar Egeo, intentando huir del manto de los dioses que le habían atormentado.[/code]

[code]Terminó aventurándose en cada guerra que pudo a través de las eras, dejó de combatir en ellas para volverse proveedora de armas en algunos de los campos de batalla, volvía a Platea con frecuencia y visitaba a Ares en Atenas, donde había pedido al dios un lugar para atesorar a Airlia, a lo cual éste accedió brindándole un pequeño espacio en el Areópago, donde después de proveer a cada guerra de lo necesario se enclaustraba por años ideando nuevas armas hasta la siguiente batalla, o si ésta era entretenida, se dedicaba a observar o incluso a adentrarse en la batalla si esta valía la pena, según su criterio.
Posteriormente fue llamada entre las trincheras de guerra como “Demonio” por su carácter y la inexplicable forma en que jamás envejecía, a lo cual se fue acostumbrando y tomándole un gusto, así pues, al final fue conocida con ese sobrenombre por sus compradores y por los que habían tenido la mala fortuna de molestarle.
Su fama creció y se volvió la proveedora oficial de cada batalla, comenzó a vivir por la creación y venta de armas, lo que al final terminó transformándola en una joven ególatra, hambrienta de todo lo que su dinero pudiese pagar.
Después de que se consumara la segunda guerra mundial, se instauró en Alemania y se hizo con el nombre de “Corina Dekker” , el cual sería su nombre permanente en el mundo humano, viajó a Munich donde comenzó a aprender nuevas artes de destrucción y a la manipulación de armas de fuego, con la esperanza de que haciendo estragos y mandando más almas al Hades su padre la aceptaría con los brazos abiertos, sin embargo, la esperanza se iba esfumando mientras el tiempo avanzaba y cada vez que intentaba entrar al mundo de los muertos, Caronte le impedía el paso, haciendo creciente su desesperación.
Debido a los constantes rechazos, “Corina” , desarrolló un carácter escéptico y cruel, se sentía resentida con aquellos que le habían arrebatado todo por lo cual disfrutaba las batallas entre humanos; pocas veces es mostrada como una joven dulce y ávida, son sentimientos que reserva para seres de su confianza; su sarcasmo como coraza y su ácido humor le alejaba bastante de las personas, por lo que ha llegado a aislarse de la humanidad hasta el punto ya mencionado de encerrarse en Areópago o en Platea por años.
A veces por las noches, cuando le era posible utilizar el ojo, podía observar a su hermano Brontë escabullirse entre las filas militares para continuar aquella tradición que siglos atrás le había dejado sin nada y solo entonces era cuando Corina se enlistaba en el frente para continuar con aquella lucha interminable en la que ambos salían siempre en un marcado empate, fue así hasta la guerra del Golfo Pérsico en 1990 que decidieron cesar aquellas batallas terrenales esperando el día en que ella pudiese volver al inframundo y así recuperar su poder para combatir en la batalla final, donde al fin acallarían sus diferencias.

Corina continuó su oficio, a la espera de la oportunidad perfecta para reclamar su lugar como una de los tres herederos de Hades , esos que fueron creados con la Arena de la batalla de Maratón en las cosas de Ática y que ahora se encuentran impacientes del retorno de su hermana a la puerta de el Tártaro.[/code]