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[ Rol privado con Kujou Sɑɾɑ pt 2 ]
 
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KujouSaa · 18-21, F
Se sentía tan presionada que parecía que iba a matarla o algo parecido, sofocada por el poco oxígeno que podía consumir al estar bajo el cuerpo de aquel sujeto y más con aquellos brazos sobre su cabeza. Los gemidos y ruidos que salían de la boca del Oni ahora iban en sincronía con los de ella, ¿Por cuánto más su cuerpo resistiría aquella faena?

— ¡¡¡E-Escuchame e-estúpido ogro!!! Ahhh. . . Uhhh. . . ¡Ah! B-Basta

Ella era quién estaba enloqueciendo, ¿Cómo un primerizo podía mostrar tal entusiasmo? El vapor que él exhalaba también le producía mucho más calor del que ya sentía, sus pupilas iban hacia arriba, el placer que estaba sintiendo iba más allá mientras que sentía como palpitaba él dentro de ella nuevamente, amenazando con llenarla de aquel semen de nuevo.
AratakiItto · 26-30, M
Sus ojos cerrados en concentración absoluta para no terminar corriéndose de nueva cuenta le impedían ver las muecas nada propias de Sara y tampoco podía escucharle en esos balbuceos que clamaban porque se detuviese o que estaba siendo muy brusco, pues en una competición hay que darlo todo.

¡De verdad eres... UNA MUJER INCREÍBLE! — bramó con esfuerzo y apretando la cabeza de Sara casi como si estuviese estrujando una fruta buscando reventarla.

El golpeteo de sus testículos contra sus labios suena húmedo, fuerte y constante. El oni de cuernos rojos deja salir vapor de su boca con cada exhalar que realiza y se está moviendo con tal fuerza que sus abdominales lo resienten y sobre todo el calor que siente en su miembro viril, siendo apretado de manera tan exquisita por las paredes de Sara. El ogro no se da cuenta que está a nada de correrse de nuevo, pese a todo reclamo.
KujouSaa · 18-21, F
— ¡N-NO! Hng ~ uhhg

Todo iba a un ritmo incomprensible para aquella mujer, el olor del Oni sudado era penetrante y fuerte, en muchos aspectos un olor varonil que impregnaba las fosas de aquella mujer que se encontraba siendo casi aplastada por él.

Vuelve a estar a esa merced, él dentro de su cálido y húmedo interior esforzándose por ganarle en aquella competencia, hundiéndose hasta el fondo de ella al punto en el cuál sentí la palpitacion constante en su vientre. Sus muecas eran obscenas, ojalá no la estuviese viendo, sus piernas se retorcían y levantaban ligeramente a cada nuevo embate mientras aquella boca ligeramente separada y entre jadeos apenas y se movía para quejarse.

— M-Muy fuerte. . . Ahhh Itto ~ <3 muy fuerte ahhh, Ohhh!
AratakiItto · 26-30, M
¡OTRA RONDA KUJOU TENGU!

La mole de oni abraza la cabeza de Sara entre sus fornidos biceps empapados de sudor y acercando la nariz hacia su cabello. En el momento en que siente aquellas hebras, un olor agradable a dendrobio le invade la mente. Jamás pensó que la tengo podría oler a las flores del campo de Inazuma.

Semejante esencia en medio de tan brutal acto causa que su falo de oni se llene de vigor empalándole una vez más con considerable fuerza dentro de su apretado y resbalosa cavidad.

¡Esta vez... seré yo quien te haga ver blanco! Aunque... ghhh.... ¡Ya puedo sentir algo querer salir de mí otra vez! ¡No esperaba menos de quién tomó mi Visión!
KujouSaa · 18-21, F
Esperaba simplemente el término de esta absurda competencia que la había dejado mal parada, su cara aplastada contra la almohada y sus paredes internas llenas de semen, aunque de un momento a otro él solo la tomo del hombro y ágilmente le dió la vuelta para así dejarla mirandolo fijamente.

— ¡¡¡¡¡¿¿¿¿????!!!!!!! ¡E-Espera I-Ittooooo!

No imaginaria que quería más, desde ahí podía verlo, un par de gotas ajenas de sudor cayeron en su rostro mientras él lucía acalorado, trataría grueso intentando razonarle.

— T-Tch ¡Oiiii bruto! Quítate de encima
AratakiItto · 26-30, M
Habiendose terminado de correr, Itto sintió como si su cuerpo desease relajarse por un breve instante, pero ni el cuerpo de el gran Arataki Itto podría superar su deseo de vencer a su rival en semejante competencia. Antes de permitirse descansar y ya liberado de sus ataduras, el oni estiró el brazo para posarlo en el hombro de Sara y clamar...

¡Pero apenas estamos comenzando! — de esta forma, giró el cuerpo de Sara para dejarla boca arriba y lucir amenazantemente grande por sobre de ella, cual depredador listo para agazaparse contra la pequeña ave de plumas negras.

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