No podía decir nada, él se lo impedía con toda su torpeza, unos pequeños momentos de calma cuando él intentaba estabilizarse, luego de ello esa tensión que se extendía por el cuerpo ajeno que la hizo sentir mucho más llena de aquella masculinidad en ella, sintió algo de frío y soltó aquella cuerda para poder empujarse hacia atrás y sacar aquella virilidad de ella.

Un movimiento de despertado, una tontería que arrastraría a su perdición a la arquera, girarse para intentar escapar, pero sus ojos al darle la espalda estando a gatas en la cama se encontró con la cabecera y la pared, los brazos ajenos estaban a lado y lado de su cuerpo, la otra movida desesperada que le quedaba era intentar salir entre ese espacio de los brazos ajenos, retrocederia y la punta de ese glande chocaría contra sus carnosos glúteos, pasaría saliva y sudaria frío, intentaba su movida aunque quizás el Oni sería más rápido que ella.

— ¡¡¡!!!