Etienne cierra los ojos, no escuchando las palabras del ajeno, aferrandose finalmente a sus caderas en lo que consumia cada gota de sangre del contrario.

El objetivo: Drenarlo de toda humanidad, dejando que su sangre actuara dentro de el para convertirlo en uno de los suyos. No le habia dado aviso, era como si Etienne solo pensara en si mismo incluso en ese momento tan importante para ambos.

— Ngh... Heh...Me..Me dejarás seco, amado mío... — Suspiraba bajo su cuerpo, cerrando sus ojos con algo de fuerza ante la mordida de su amante en su cuello y las punzantes succiones de sangre que este hacía. — ¿Es-Estabas muy hambriento? — Las mejillas se ruborizaron de sólo pensar que su amado ansiaba alimentarse de él, causándole aquello una mayor y más placentera excitación. Le encantaba el hecho de ser el responsable de poder saciar los deseos y necesidades del vampiro pelirrojo, abrazándole y acariciando toda su espalda, ante su ya transfigurado cuerpo en ese aspecto demoníaco.

-...

Etienne se mantiene en silencio, dejando que su amante bebiera de su sangre sin detenerle, dejando que bebiera de esta hasta que decide era suficiente, mordiendose el labio antes de sonreir de lado.

Retira su brazo y le mira, acomodandose una vez mas encima de el, cubriendolo con su amplio cuerpo para hacerle mover la cabeza a un lado, clavando sus colmillos en aquella piel llena de sus propias marcas antes de comenzar a beber con mas ahínco de lo que nunca habia hecho.

Aquella imagen tan gráfica y violenta, en vez de asquearle o perturbarle, le causó un éxtasis mayor al médico real, que parecía que se le hacía agua la boca al ver la carne al rojo vivo del brazo de su amado. Cerró sus ojos al sentir las gotas de aquella antigua sangre salpicarle el rostro, sacando su lengua para saborearla antes de que Etienne lo acercara a sus labios.

— Ahhh...La sangre divina de mi adorado amor... — Como si se tratase de un indigente anhelando agua fresca, Aren usó sus labios y lengua para succionar con desesperación y erotismo la sangre de su amado, gimiendo cada vez que tragaba de la misma. — Etienne...Ahhh...

-Heh...

Aquellas palabras del ajeno le terminan haciendo reir, llevandose el brazo a la boca antes de cerrar los ojos, mordiendose un buen tramo de este y arrancandose la piel, llevando luego la parte sangrante a los labios del contrario

- Bebe...

Le obliga diciendo aquello, sonriendo de lado y relamiendose los labios en lo que no detiene sus movimientos. Era mas que claro lo que deseaba hacer.

El sabor de los labios de su amado se mezclaban de forma exquisita con la sangre que Aren derramaba ante los ardientes y agresivos besos que recibía de Etienne, en donde sus colmillos rasgaban sin piedad sus labios y lengua. Aunque para muchos, eso habría sido extremadamente doloroso, para Aren era todo un éxtasis al extremo, aumentando con esto su necesidad de continuar siendo profanado por su amante infernal.

— Si...Ahhh...Ma-Mátame...¡Mátame ya, maldita sea! — Gritó, clavando sus uñas profundamente en la piel de la espalda del vampiro, pegándose totalmente al cuerpo contrario y enrollando sus piernas a la cintura contraria, retorciéndose bajo su cuerpo como si estuviera poseído por alguna entidad demoníaca, gimiendo y riendo de placer, arqueando todo su cuello y cabeza hacia atrás. — ¡E-Etienne! ¡Ahhh! M-Me...Ahhh...Ahhh...Vo-Voy a estallar...Mmm...¡E-Etienne!

-Hmhmhm... tenemos ganas de morir hoy?

Pregunta mostrando una sonrisa macabra en su cuerpo, riendo bajo antes de aplicar mas fuerza en las embestidas que le estaba dando, sus ojos brillando como si fueran hechos de fuego en lo que penetraba con su mirada al contrario

-Hoy... es un buen dia para morir~

Rie con mas fuerza, aferrandose al cuerpo del menor en lo que se abria paso por sus interiores con la nueva forma que habia adquirido su excitacion, optando por besar los labios ajenos, a pesar de que sus filosos colmillos cortaban sin remedio la lengua de Aren

— E-Etienne... M-Más rápido... — Le pidió el médico real en esos momentos, sintiendo la urgente necesidad de que si amante infernal le hiciera arder de placer hasta su limite máximo. Sus manos no dejaban de acariciar su espalda, cuello y rojizos cabellos, apretando más sus paredes internas y cerrando más sus piernas para él.

La nueva forma que adoptó Etienne en su hombría era nueva para Aren, por lo que quería experimentar por completo todo lo que era capaz de hacer su amado monstruo de las tinieblas.

-Ma belle rose...

Estaba disfrutando del cuerpo ajeno, gruñendo con fuerza antes de relamerse una vez mas, aferrandose con fuerza y atrayendolo a su cuerpo, dejando que su lengua recorriera la piel del hombre la cual ultimamente pasaba mas tiempo marcada que sin marcar gracias a sus numerosos encuentros amorosos.

Etienne habia decidido que aquel cuerpo iba a ser suyo y no dejaría que nadie mas lo poseyera, asi que parte de dejar las marcas era para auyentar a cualquier curioso

Aren arqueaba su cuerpo, cuello y cabeza, ante los roces y fricción de la erección de su amante en su interior, llevando una de sus manos a la nuca de Etienne. Movió su cabeza hacia un lado, para permitirle que mordiera su cuello a su merced, sintiendo esos afilados colmillos clavar su piel y hacerle sangrar.

— Mmm... E-Etienne... — Sus expresiones se limitaron a respiraciones agitadas, quejidos y gemidos. Su otra mano le acariciaba la espalda y abrió mucho más sus piernas y se afirmó con ellas mucho más en la cintura ajena al rodearlas con estas, apretando su paredes internas, adaptándose poco a poco a la nueva forma de la hombría del mayor.