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¡Espere! Me es difícil ver sin ellos...Jejeje.
 
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SW-User
-Eso es lo que me gusta oir.

Responde el mayor, cerrando los ojos y dedicandose a lamer las marcas que habia dejado en la piel ajena, suspirando completamente encantado

- Ah... sabes delivioso todo dañado por mi...

Susupira de encanto, dejandolo hacer a su gusto por aquella vez.
— Me he convertido en el esclavo de tus más oscuros y ocultos deseos, amado mío... — Le decía, liberando gemidos y quejidos de dolor y placer ante la brusquedad de sus acciones sobre su cuerpo, pero nada de ello le molestaba en absoluto.

Veía cómo su pálida piel era profanada y marcada, riendo de gusto y llevando su mano a su erección, estimulándose a sí mismo al ver su propio en ese estado a causa del amor de su vida.

— Solo mi señor tiene todo el derecho y autorización de ver mi desnudez y hacerme el amor siempre...Mmmm...
SW-User
-Te tengo demasiado mimado.

Comenta Etienne en falsa protesta, gruñendo y comenzando a hacer sus caricias mas bruscas, buscando dejar sus marcas por encima de todo aquel cuerpo, las mordidas tambien haciendose mas violentas

- Es bueno que nadie mas tenga la necesidad de verte desnudo~
— Ahhh...Si...Es lo que tanto necesitaba...Mmm...Gracias, Mi Señor... — Gemía, sintiendo que podría derretirse por completo sobre el cuerpo de su amado, relajando todo su ser ante esos besos, mordidas y caricias en su piel. Llevó su mano a la larga cabellera de su amante, acariciándola y olfateando el aroma de este, mientras se dejaba amar y mimar por el contrario.
SW-User
-Ya que lo pides tan amablemente te voy a cumplir el deseo tan profundo que tienes.

Responde, sonriendo de lado antes de relamerse los labios, gruñendo bajo y atrayendole para sentarle en su regazo, comenzando a llenarlo de besos, mordidas y chupones a lo largo de todo su cuerpo

- Mi pecador favorito~
Las frías palmas de su amado contrastaban muy bien con el calor que Aren sentía en su propio cuerpo a causa de lo excitado que estaba ante la presencia de su ardiente y degenerado amante. Disfrutó cómo las manos opuestas exploraban toda su piel, encantado de aquella sensación de sentirse deseado por su amante.

— No puedo soportarlo más, Mi Lord... — Le confesó abiertamente, mordiendo su propio labio inferior, ansioso por descubrir todo lo que el pelirrojo tenía en mente para hacerle. — Mi cuerpo ansía ser atendido por su amo y señor...
SW-User
-Efectivamente, es hora de comer.

Etienne disfrutaba del balance de poder entre ambos: El medico todo ansioso y completamente desnudo, mientras que el estaba aun con todas sus ropas y siendo quien dirigía absolutamente toda la escena

- El cuerpo que me pertenece...

Comenta sonriendo de lado, relamiendose los labios antes de llevar sus manos a las caderas ajenas, acaricando sus costados con suavidad, como si lo estuviera esculpiendo en barro.

- Todo... mio...
A Aren le encantaba cómo podían estar inmersos en el mundo de lujuria y placer desenfrenada que ambos habían creado en cuestión de milésimas de segundos, ya que juntos compartían ese deseo insaciable de uno hacia el otro.

Sin hacerle perder ni un segundo de tiempo a su amado, no escatimó en lo que pudiera ocurrir con su fina y lujosa vestimenta, usando sus manos y rasgándola ante la vista del mayor, mostrando su voluminoso y pálido torso masculino de rosadas areolas, las cuales parecían ansiar ser atendidas por el vampiro. Asímismo, usó sus dientes para retirarse sus delicados guantes de las manos, sin dejar de mirar con deseo al pelirrojo, además de también despojarse de sus costosos pantalones y abrigo de plumas.

— Es hora de comer, Mi Señor... — Anunció con voz cantarina, indicándole que se acercara a él con su dedo índice.
SW-User
-Ah... pero sería demasiado trabajo... necesito que me ayudes un poco.

Comenta, pareciendo desinteresado por sus palabras, pero en su tono y rostro notandose que todo era parte del juego

- Tendrias que quitarte las ropas por ti mismo...
— Necesito que lo hagas... — Le respondió sin ningún tipo de pudor ni pena. Llevó una de sus manos sobre su propio pecho, acariciando la tela de su atuendo y la otra mano sobre su endurecido bulto bajo sus pantalones, acariciándose a sí mismo en un intento de calmar sus ansias. — Te lo suplico, amado mío...Hazme tuyo.

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