estaba buscando a Seiryu desde hace un rato. A su olfato llegó un aroma bastante hermoso que le hizo revolotear y aquello provocó que lo siguiese hasta dar con Seiryu quien parecía estar descansando. No sabía si estaba durmiendo o no, pero el dragón se acercó poco a poco como si el otro dragón fuese una presa a la que no quería asustar. Hasta poder lanzarse encima de él y así comenzar un juego, alguien tenía ganas de jugar y Seiryu era objetivo de mordidas juguetonas por parte de Aphelios quien también emitía suaves gruñidos amistosos.
Ya que estaba tan comodo ahi abajo Seiryū se acomodó tambien. Si tuviera alas lo hubiera cubierto con estas. Pero al no tenerlas hizo que su cola formara un círculo alrededor de ellos para dejarlo allí dentro. ──¿Puedo dormir una siesta contigo aquí? - Por que todo pinta a una hermosa siesta a media tarde.
