Al parecer, después de si último encargo ambos no regresaron bien de la cabeza, tanto así que Santiago le regaló esa pulsera tan especial a Aoi ¿qué les pasó a estos dos después de ese viaje? Quizá la locura consumió sus almas ¿Es acaso que tenían una?
— No entendía porque el bastardo sonreía siempre de esa forma, eso solo hacia que se sintiera enojado y con muchas ganas de matarlo, así fue que cuando le coloco aquella pulsera una batalla comenzó, se lanzó contra el con todos sus fuerzas tratando de arrancarle la vida. Por culpa de ese bastardo muchos había muerto y solo por culpa de él.
— Muérete maldito, muérete...
Sus manos apretaban el cuello pero parecía que no sucedía nada más en aquella pelea había logrado tomar un cúter el cual utilizo para cortar su cuello, ahí estaba ese asesino por fin a punto de morir.