— Esos arranques de ira eran habituales cuándo veía qué lastimaban a sus seres queridos. Sus ojos estaban tomando ése color carmín qué hace resaltar en la misma oscuridad así luego Suspiro un poco y se calmó volviendo así sus ojos a la normalidad. Ella era lo único que tenía en la vida, era su novia, él amor de su vida ante todo. Le dejó un corto beso en esos labios heridos y sonrío al momento. — Ya estoy tranquilo amor. ¿Deseas recostarte y descansar un poco? Yo té llevaré un poco de té y un vaso de agua.
— No le sorprendió lo agresivo que lograba ponerse ya que siempre tenía esos arranques de ira, cosa que no comprendía la cosa a pesar de que está vez era tan obvia. Una sonrisa se presentó tras sentir sus cálidos dedos contra su labio herido ¿Era todo lo que tenía, sólo esa herida? La verdad es que no, pero está segura que si dice de más se volverá loco .— Corazón, no tengo ganas de ir a tras de la basura de mi hermano, un hermano que se está desangrando así que por favor tranquilízate.
¡Ése malnacido! — Golpeó fuerte la pared dejando así mismo un agujero en está. Así luego sé acerco a su pareja dónde posó su pulgar en él labio y con éste mismo limpio la sangre. — ¿Deseas acompañarme pará hacer picadillo a tú hermano? ¡CON ÉSTO SÉ PASÓ DE LA RAYA! ¡DÉ SEGURO ESTÁ CERCA! No habrá ido muy lejos, dejó hasta rastros de sangre.
