Cerraba los ojos disfrutando esos besos en su cuello, le debilitaba, le erizaba la piel. Despacio abre sus ojos y al verle alejarse, Nella se pone algo triste, la quería cerca, observaba sus orejas, esas estaban afelpables, que linda zorrita ~.

— Te veo muy alerta... No creo que venga alguien...

Mira a los lados tratando de encontrar a Alguien sin embargo no dejaría que la zorrita se siguiera sintiendo incomoda. La capitana le mira con cierta ternura.

— De acuerdo... Acompáñame al castillo, iré a la cocina y... Creo que tienes que ir con el rey ¿Cómo se encuentra?

Aprovecha de saber los avances mientras le ayuda a levantarse tomando su mano, la trataba como lo que era, una dama zorro.

La zorrita desliza su nariz por el cuello de Antonella. Otra vez ese aroma a ella, le aceleraba el corazón. Si lo mas importante de alguien de su especie era el olfato, ella lo usaría para recordar la esencia de la capitana cada vez que la tenga lejos. ¿Por qué? No lo sabía, tenía ese necesidad.

— Sí, ven a mi habitación... Esa armadura no nos va a estorbar, lo prometo. ♡

Besó su cuello dulcemente y comenzó a alejarse. Todavía tenía las orejas atentas, podía ser que los soldados regresaran por la capitana pronto.

— Pero tienes que comer antes, ¿de acuerdo?

Su mirada estaba acechante con la contraria, le gustaba mucho todo lo que sucedía ¿Le costaría algo, la vida, su posición? Esa zorra le gustaba, lo admitía, desde que habían intimando en aquel celo Antonella pensó que solo quedaría hasta allí pero... Nina tenía algo especial que Antonella no pasaba por lo bajo ¿Sería igual para la mujer? No dejaba de pensar en ella, estaba cayendo en esa trampa del amor, del interés.

— Puedo... ¿En tu habitación?

Seguía esas caricias a esas caderas, pasaba sus manos por el lumbar ajeno apretandola a su cuerpo.

— Odio está armadura... No me deja sentirte bien...

La conexión entre ambas en aquel momento era muy intensa, una tensión que rozaba lo sexual y la zorra ya se estaba tornando más mimosa, deslizando sus dedos por la nuca de la azabache, provocándole con su mirada salvaje pero dulce.

— No voy a matarte, al menos no aquí.~

Dice ella, atrevida al robarle otro beso. Pero, sus orejas se sacuden de pronto. Sentía que alguien más se acercaba, o que alguien estaba por los alrededores.

— Quiero verte esta noche... ¿Puedes?

El calor estaba subiendo por esos besos, la lamida a sus labios hace que Antonella abra un poco su boca, su lengua quería también acariciar la de Nina, así que en lo que pudo atrapó esa lengua en un beso. La capitana ladeó su rostro correspondiendo ese beso pasional.

Su respiración chocaba en contra del rostro ajeno al estar tan unidas, por más que la azabache mantuviera su aliento contenido no podía, esa mujer daba besos intensos y la capitana los respondía también con ese interés.

— Nina...

Apretó con ambas manos las esquinas de cada cadera sin separarse aún de esos labios, continuaba correspondiendo a picos esos besos. No retiraba su mirada de los verdes.

— ...

Estaba jadeante, se mordida los labios deslizando su mirada ante esa mujer que tenía encima.

— Me vas a matar...

Contuvo la respiración sólo por ese pequeño acto, cuando ella dice su nombre. Increíble estar sintiendo tanta atracción por una humana, y justamente, una que no fue tan simpática al conocerla.

A gusto le respondía cada beso, abrazándola por el cuello. La zorrita no pudo resistirse a lamer delicada los labios de la capitana, en medio de esos besos que no quería cortar.

Y, mientras ellas estaban unidas de esa forma, concentradas en los labios de la otra, un zorro rubio las ve de casualidad a la lejanía. Ese zorro, hermano de Nina, tenía mucho que comunicarle a su padre ahora.

No respondió pero si sonríe tomando las mejillas de esa mujer para corresponder sus besos en esa boca ¿Por qué era tan adictivo? La azabache atrapó el labio inferior jalando este de forma seductora, sus manos abrazaron aquellas caderas de la zorra.

— Hmg... ~ Nina...

Musitaba ese nombre, diablos... Se estaba haciendo intensa la interaccion de aquella zorra a quien en un inicio le tenía recelo pero... Antonella se estaba dando cuenta que estaba perdida en esa chica zorro.

Feliz se acomoda, estando parcialmente sobre ella. Tenía las manos como apoyo en los muslos de Antonella, y buscaba acomodarse entre sus piernas mientras correspondió a los besos.

— H-mh muack..~

El sonido de un último beso antes de que Nina se desvie a besarle en la mejilla, y, en medio de esto movía suave la cola esponjosa.

— Lo siento, no se cuándo haya otro momento especial así que aprovecharé un poco más ahora...

— Si se dan los momentos especiales como este...

Queda en silencio sin perder esa cercanía de la pelirroja sin dejar de sonreír por esos mimos.

— pienso que si...

Admiraba esa compañía, Antonella hipnotizada va en busca de otro poco de sus labios.

— Quiero besarte más seguido..

Nuevamente jala esa mejilla para dar un nuevo beso atrayendo a aquella chica encima de la azabache.

— Ven acá...

Ese dulce y paciente tacto entre sus bocas era muy diferente a lo que habían compartido ese día en especial. A Nina le gustaba cómo sabían los labios de la capitana, el aroma que desprendían su piel estando muy cerca.

Acompañando ese mimo, movía su rostro, frotando la nariz en la suya y después volvió a besarla en esa serenidad que ambas estaban creando.

— Será que... ¿podemos besarnos mas seguido?