— Te amo mi cielo de colores ~

La aprieta en ese abrazo relajándose con ella en aquel momento íntimo. La amaba profundamente con todo su ser.

Con su pecho cálido y frágil por las muestras de amor, Nina solloza pero sonríe suave al voltear un poco su rostro y lograr un beso entre sus labios.

— Te amo para siempre mi Nella...

— Nina... Dios... Cómo me cautivas con tu sola existencia...

La atrajo con cuidado a su cuerpo para abrazarla, puso la espalda de la pelirroja en su pecho para abrazarla de espalda.

— Te amo mi amor... Con todo mi corazón, alma y espíritu... Te amo en las buenas y en las malas... ~

Dejo besos dulces a la mejilla ajena, un recorrido hasta la comisura de sus labios.

Su sonrisa era reflejo de la satisfacción que sentía al oírle. Entrelazando sus dedos con ella apoya su frente en la ajena, ese intercambio de miradas cercano y amoroso lo eran todo para Nina.

— Si las palabras faltan, abrázame. Siento todo lo que dices cuando me sostienes en tus brazos y quiero que tu sientas con cada fibra de tu ser que eres mi vida.

Baja la mirada hacia el suelo aún sonriendo volviendo a elevarla.

— Siento mucho... Siento que el corazón me va a explotar de amor cuando me hablas de ti y de tus sentimientos, siento que soy afortunada de tenerte en mi vida y siento... Que debo ser la mejor esposa que siempre puedas tener

Le toma de las manos acariciandolas.

— Siento que soy tuya y tú mía... Siento tanto por ti Nina que me quedo corta con las palabras... Eso me pasa...

— Quiero saber en qué piensas cuando no dices nada, porque yo siento mucho, me avergüenza hablar tanto...

— ¿Que deseas escuchar?...

La miraba atenta y sonriendo mientras acariciaba su rostro, amaba cuando Nina se mostraba vulnerable, era sincera y Anto lo valoraba mucho.

— ¿P-por qué me miras asi? Dime algo...