⸻No lo había pensado. . . Dudo contar con la capacidad de mis hermanos mayores para poder dirigir y a gran empresa. Quizás si me gustaría.
No mentía, jamás llegó a pasar por su mente ese tipo de preguntas y mucho menos imaginar el día en que su madre ya no esté presente. Libero un suspiro al no saber en realidad que deseaba o esperaba para su futuro.
⸻Me gusta escribir, pero, aún no sé si soy lo suficiente buena para crear un libro.
— Si, alguno de ustedes tienen que encargarse de la empresa más adelante ¿A ti te gustaría? Milo no creo porque se está dedicando a su carrera de nadador, Alex está en su tema policial, Ciro ya tiene su empresa, Nira se está encargando de una parte del negocio, solo me quedan Suzu, Gema, Adam y tu
Pensaba en sus herederos, todos sus hijos estaban en su testamento por si llegase a pasar algo que obviamente no deseaba pero quiso preguntar a su hija menor por lo que ella quería.
— Estás joven puedes hacer y decidir muchas cosas para hacer hija
Sin duda y a la brevedad correspondió el suave afecto maternal con otro abrazo donde procuro no aferrarse y lloriquear como una niña más.
⸻Lo estoy. . . Estoy bien.
Mintió, no lo estaba y para colmo detrás de una diminuta sonrisa, sin embargo, probablemente a su madre ya le bastaba con todos los problemas de la empresa y esos que van más allá, desconocidos para Nyx.
Solamente asentía y accedía a ser guiada sin rechistar.
La oficina de Antonella en aquella casa era amplia e íntima, acogedora, otro mundo aparte del resto de su hogar. Atrapó a su hija en un abrazo con un solo brazo.
— Lo estoy ¿Tu estás bien?
Dejo caricias con su mano a su hombro llevándola en dirección al gran ventanal de aquella habitación para haablar y mirar el paisaje.
Observar a su madre con aquel vicio desarrollado no era nada gratificante, sin embargo, comprendía y no la juzgaría en ningún momento. Sin percatarse dejaría escapar un minúsculo suspiro tras escucharla y obediente aproximarse.
⸻¿Te encuentras bien?⸻
No negaría su preocupación, siendo tan fácil de visualizar ese agotamiento plasmado en el rostro de su madre. Inclusive la voz de Nyx revelaba cierto desánimo.
La primera calada del día... Mentía, era la cuarta, siempre fumaba cuando tenía ansiedad. La voz de su hija le hizo voltear, no le gustaba fumar cerca de sus seres amados, incluyendo sus hijos. Bajó el cigarro sonriendo a su pequeña.
— Hola cariño... Ven...
Le hizo un gesto con su otra mano y con la que tenía el cigarrillo lo apagó inmediato en el cenicero de su oficina en la casa.
Salió al patio junto a su madre haciendole compañía, desde hace tiempo trato de evadir todo ese lío familiar a su manera. Sin duda alguna aquella separación inesperada le afecto de cierto modo aunque no lo mencionara a propia voz. Esperaba no ser inoportuna con su presencia.
