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AntonellaBlack · 26-30, F
- La próxima que vengas... no te dejare ir Ivanova
Comenta al verla cerca de la puerta, se cruza de brazos echándole una ultima mirada.
- Cuidate...
Comenta al verla cerca de la puerta, se cruza de brazos echándole una ultima mirada.
- Cuidate...
NinaIvanova · F
Esas palabras también le robaron una sonrisa y haciendo uso de su auto control, decidió que lo mejor era irse.
– Tú nunca cambias.
La soltó al fin y dio algunas caricias a sus hombros, queriendo quitar las arrugas que había hecho. Nina le mira un instante antes de besar la punta de su nariz.
— Sí, ya te preparé la cena así que puedo irme tranquila. Descansa y... llámame cuando me necesites.
– Tú nunca cambias.
La soltó al fin y dio algunas caricias a sus hombros, queriendo quitar las arrugas que había hecho. Nina le mira un instante antes de besar la punta de su nariz.
— Sí, ya te preparé la cena así que puedo irme tranquila. Descansa y... llámame cuando me necesites.
AntonellaBlack · 26-30, F
- Creo que... controlarme de no hacerte nada impropio aquí...
Musita dejando unos últimos besos a su cuello para observarle de nuevo, estaba cerca del rostro ajeno ya que la pelirroja la había acercado a ella por sus hombros.
- ¿Tu por que me acercas tanto? pensé que te querías ir...
Soltó una risa ladina y coqueta a su vez que retaba a su esposa.
Musita dejando unos últimos besos a su cuello para observarle de nuevo, estaba cerca del rostro ajeno ya que la pelirroja la había acercado a ella por sus hombros.
- ¿Tu por que me acercas tanto? pensé que te querías ir...
Soltó una risa ladina y coqueta a su vez que retaba a su esposa.
NinaIvanova · F
— Supuse que querías descansar y... sería mejor si yo...
Nina silenció sus palabras al morderse el labio inferior cuando sintió esos besos. Por varios segundos se mantuvo quieta sin saber cómo actuar; lo cierto era que sólo esa chica podía quitarle el aliento.
Las delicadas manos de la rusa se posaron sobre los hombros de Nella con firmeza, no para apartarla sino para atraerle más hasta sentir el roce entre sus torsos.
— Dime, ¿qué estas haciendo ahora mismo...?
Nina silenció sus palabras al morderse el labio inferior cuando sintió esos besos. Por varios segundos se mantuvo quieta sin saber cómo actuar; lo cierto era que sólo esa chica podía quitarle el aliento.
Las delicadas manos de la rusa se posaron sobre los hombros de Nella con firmeza, no para apartarla sino para atraerle más hasta sentir el roce entre sus torsos.
— Dime, ¿qué estas haciendo ahora mismo...?
AntonellaBlack · 26-30, F
- ¿Acaso te vas ya?
Pregunta aun sosteniéndola de esa manera, su mirada se fijaba en cada detalle que ella decía por sus labios, la forma en que se expresaba, Anto dejo que hablase mientras guiaba despacio sus labios al cuello ajeno dejando suaves besos. Sus manos la tomaban por las caderas teniendo arrinconada en aquél sitio de la cocina, apretó suave las caderas ajenas mientras lamia la piel en su cuello.
- ¿Ujum?... esta bien... te llamare...
Pregunta aun sosteniéndola de esa manera, su mirada se fijaba en cada detalle que ella decía por sus labios, la forma en que se expresaba, Anto dejo que hablase mientras guiaba despacio sus labios al cuello ajeno dejando suaves besos. Sus manos la tomaban por las caderas teniendo arrinconada en aquél sitio de la cocina, apretó suave las caderas ajenas mientras lamia la piel en su cuello.
- ¿Ujum?... esta bien... te llamare...
NinaIvanova · F
— Espero que sea en el buen sentido...
Le mantuvo la mirada con una pizca de nervios, esos que había sentido la primera vez que le tuvo tan cerca.
— Nella, yo... — Ahora Nina baja la mirada, un repentino recuerdo le hizo sonrojar pero no diría nada sobre eso. — Quiero serte de ayuda, en todo lo que pueda... Cada vez que me necesites, llámame. Deje un celular en la bolsa de compras.
Le mantuvo la mirada con una pizca de nervios, esos que había sentido la primera vez que le tuvo tan cerca.
— Nella, yo... — Ahora Nina baja la mirada, un repentino recuerdo le hizo sonrojar pero no diría nada sobre eso. — Quiero serte de ayuda, en todo lo que pueda... Cada vez que me necesites, llámame. Deje un celular en la bolsa de compras.
AntonellaBlack · 26-30, F
- Y tu a mi...
Paso su pulgar por los labios ajenos deseosos.
- Y... al tenerte cerca... me desequilibras mucho...
Su mirada felina grisácea volvía a tener un poco de vida al fijarse en los labios ajenos repasar el rostro hasta subir a sus brillantes verdes.
Paso su pulgar por los labios ajenos deseosos.
- Y... al tenerte cerca... me desequilibras mucho...
Su mirada felina grisácea volvía a tener un poco de vida al fijarse en los labios ajenos repasar el rostro hasta subir a sus brillantes verdes.
NinaIvanova · F
Apenas sintió esos tersos labios sobre los suyos, Nina se abrazó a la italiana rodeandole por la cintura y sin resistencia se dejó aprisionar contra la pared de la cocina. La besó hasta que un suave jadeo interrumpió esa unión, necesitaba recuperar el aliento.
— Me hiciste mucha falta...
Susurra sobre los labios ajenos para luego sonreír.
— Me hiciste mucha falta...
Susurra sobre los labios ajenos para luego sonreír.
AntonellaBlack · 26-30, F
- ¿Cómo haces para calmarme tan rápido?
Pero antes de dejar que la pelirroja le contestara, la azabache le robo un beso profundo y pasional apegándola a una esquina del lugar, extrañaba besarle, extrañaba tocarla y en especifico poseerla de esa forma tan emocional. Todo un año viéndola y sin poderla tocar.
Pero antes de dejar que la pelirroja le contestara, la azabache le robo un beso profundo y pasional apegándola a una esquina del lugar, extrañaba besarle, extrañaba tocarla y en especifico poseerla de esa forma tan emocional. Todo un año viéndola y sin poderla tocar.
NinaIvanova · F
— Eso no es ser egoísta. Tú nunca lo fuiste conmigo...
La nostalgia de los recuerdos no le inquietaba. Sentía en ese encuentro un nuevo propósito para seguir, estar sin Antonella era algo que no deseaba volver a vivir. La pelirroja detallaba con la mirada el rostro ajeno, se veía incluso más bonita de lo que recordaba.
— ¿A qué te refieres...?
La nostalgia de los recuerdos no le inquietaba. Sentía en ese encuentro un nuevo propósito para seguir, estar sin Antonella era algo que no deseaba volver a vivir. La pelirroja detallaba con la mirada el rostro ajeno, se veía incluso más bonita de lo que recordaba.
— ¿A qué te refieres...?
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