- Si... si... deja y busco las llaves...

Dejo que ella saliera mientras buscaba su movil y sus llaves para conducir al hospital, seguro se quedarian alli hasta que la bebe decidiera salir.

— Tranquila tesoro... Sí, creo que ya está lista pero aún no tengo contracciones. Deberíamos ir.

Nina ya se había cambiado y a falta de dolor, estaba risueña y relajada sin sospechar lo que sentiría después.
Le dedica una sonrisa amorosa a Nella antes de darse la vuelta.

— Estaré en el auto.

- ¿QUE?

Se levanta mirando a su esposa justo en las prendas de abajo.

- Amor! Vamos al medico! ¿Ya la niña esta lista?!

Estaba desconcertada y mas porque su mujer de alguna forma estaba tranquila.

— Debiste ponerte alerta.

Menciona mientras avanza y se inclina para dejar un beso sobre su frente.

— Quizás te estaba llamando porque rompí mi fuente... Y tú serena. Pero lamento si te distraje.

- ¿Debi asustarme?...

Ladea un poco su cabeza y frunce su ceño levemente tratando de comprender.

- Estaba concentrada leyendo... ven

Deja el papel a un lado y le hace señas con sus dedos.

— Mmh...

Se cruza de brazos, y niega en desaprobación pero deja ver una pequeña sonrisa.

— Qué reacción lenta...

Concentrada en su mundo de negocios la azabache se desconcentra por la voz ajena, alze su rostro y mira a su esposa.

- Uhm?... ¿Que pasa cariño?...

— ¡Antonella!

Dice firme desde la entrada de la habitación, mirando con expresión preocupada a la italiana.