AngelaZiegler

-Es así que comienza a avanzar en aquel gran pasadizo de aquel salón real. Puede decirse que, en esta clase de lugares nunca hay un silencio completo: se puede ver como tanto las doncellas o mayordomos estaban en constante movimiento, sin contar a los soldados rasos quienes realizan su habitual caminata de vigilancia. Esto, como consecuencia de algunos eventos ocurridos algunos días; se habían elevado misteriosamente unos extraños árboles de los cuales aparecerían toda clase de bestias. No solo Camelot, sino otros reinos como guerreros se han aliado en esta época de crisis para hacerles frente; a pesar de la negativa de Arthur más ha pesado la voluntad de estos hombres y mujeres quienes han decidido por cuenta propia vigilar la vida de este Rey.
El destino de su andar sería salir de aquel gran Castillo, en ese lapso comentaría a aquel caballero-

Sabes, a pesar del tiempo ya viviendo dentro de estas murallas aún extraño el sentir la brisa de la mañana en el bosque. Pero, hay deberes que debo asumir.

-Su conversación fue interrumpida, cuando observa a uno de los guardias y había algo que estaba dentro de aquel sujeto, algo que debía compartir-

¿en que se diferencia un caballero de la mesa redonda a un soldado?

-fue lo que le pregunta, observándole de reojo-