AngelaZiegler

[ antes de partir dejó una carta en el puesto de la puerta, dando la orden que se le entregara al caballero en cuanto pudieran, sin dudar, tomó todas sus pertenencias y partió con lago mas que el orgullo roto dejando tras de si las únicas letras que podría proferir ]



" Sigues sin entenderlo todo, sigues siendo salvaje e idiota, No hay ninguna razón por la cual nuestra amistad termine, pero no voy a soportar que alguien desconsiderado; espere todo el invierno por que vinieras a ayudarme, espere todo un verano para saber que estabas vivo, y lo único que recibo de ti a tu llegada es un rostro que pareciera ni siquiera importarle mi presencia. no se trata del tiempo que no estuviste, si no de los escasos momentos donde ignoraste mi presencia; no te preocupes, si no querías verme, ahora mismo salgo de viaje, quizás es hora de que yo viva aventuras y peligros y cuando tenga algo que contarte que llame tu atencion, volvere a contártelo.

el sol a vuelto a salir, pero me doy cuenta que jamas a iluminado mi existencia.

siempre tu amigo aburrido. Gawain."

- Su vista sigue apreciando a aquellos soldados que inquebrantables se mantenían en sus posiciones. como si alguna clase de columnas se trataran , como si no tuvieran vida y solo fueran parte de la decoración del lugar-

¿Y un soldado como aquellos que están aquí , podrían ser en algún momento un caballero de la mesa redonda? ¿Qué es para ti, lo que debe necesitar alguien para ostentar tal título?

-Cuestionamientos, pensamientos que sin duda serán interesantes escuchar de su parte. desea saber en si que piensan cada uno de los caballeros de la mesa redonda. no ser simplemente armas más, como creen que son ante los ojos de otros reyes-

-Es así que comienza a avanzar en aquel gran pasadizo de aquel salón real. Puede decirse que, en esta clase de lugares nunca hay un silencio completo: se puede ver como tanto las doncellas o mayordomos estaban en constante movimiento, sin contar a los soldados rasos quienes realizan su habitual caminata de vigilancia. Esto, como consecuencia de algunos eventos ocurridos algunos días; se habían elevado misteriosamente unos extraños árboles de los cuales aparecerían toda clase de bestias. No solo Camelot, sino otros reinos como guerreros se han aliado en esta época de crisis para hacerles frente; a pesar de la negativa de Arthur más ha pesado la voluntad de estos hombres y mujeres quienes han decidido por cuenta propia vigilar la vida de este Rey.
El destino de su andar sería salir de aquel gran Castillo, en ese lapso comentaría a aquel caballero-

Sabes, a pesar del tiempo ya viviendo dentro de estas murallas aún extraño el sentir la brisa de la mañana en el bosque. Pero, hay deberes que debo asumir.

-Su conversación fue interrumpida, cuando observa a uno de los guardias y había algo que estaba dentro de aquel sujeto, algo que debía compartir-

¿en que se diferencia un caballero de la mesa redonda a un soldado?

-fue lo que le pregunta, observándole de reojo-

-Le escucha con suma atención, su sonrisa y serenidad se mantienen en lo que como respuesta lentamente se levantaría de su lugar, de aquel solitario trono que estaba en ese gran salón en donde suele recibir visitas de todas partes del mundo. ya sean para pedir su ayuda o amenazarle, son cosas que un gobernante siempre tiene que lidiar. avanza con suma lentitud, aunque escuchándose en paso de esos pies metálicos, protegidos por aquella armadura real que no deja de usar .

Se detiene a pocos metros de aquel guardián de caballera rojiza para, con aquella calma que lleva consigo exclamarle con mucha confianza-

Sir Tristan ¿gustas acompañarme a dar una vuelta por el reino?

-Resopla quien, se encontraba meditando en aquel gran salon en la más completa soledad. su voz no expresa ningún reclamo o alguna manera de llamar la atención. sino que era todo lo contrario, su expresion mostraba mucha tranquilidad asi como serenidad. dictadas esa frase que es el nombre de quien se encontraba frente a él prosigue -

En algún momento del invierno



Mi Querido Salvaje :

he perdido la noción del tiempo, las ventiscas se vuelven recurrentes aquí en el norte, el vado antiguo esta congelado y el castillo del mar esta apunto de convertirse en tempano, exhalo y el humo de mi boca libera tu nombre en forma de un poco de calor, recuerdo aquella vez que nos Sitiaron en la atalaya de la ciudad cercana al Lago, cuando aquellos malditos soldados rodearon la baliza y estábamos ahí, tu y yo, solos, y hablamos de la vida y la muerte, pensábamos que íbamos a morir, pero jamas tuve miedo, porque estabas a mi lado, tomaste mi mano y me diste valor, sabia que morir a tu lado hubiera sido lo mas digno que me hubiera pasado en la vida.

ahora estoy aqui, lejos de esos ojos inquisitivos y rebeldes que siempre preguntan todo, que siempre cuestionan, y aquí en esta reveladora circunstancia me doy cuenta de algo, no hay maldición que vaya a separarnos, aunque tenga que darte la mitad de mi vida para poder estar juntos en otra batalla, te la daria toda con tal de pelear una vez mas contigo.

se que mis palabras desbordan locura, pero mi corazon no miente, nunca fui tan feliz como cuando juntos cruzabamos el campo y venciamos, pues mi verdadera victoria era volver a Camelot y tomar una cerveza contigo, celebrar y convivir un dia mas.

no se lo que digo, quizas el frio me ha atrofiado la mente, pero... prometeme que soportaras hasta que nos veamos, y luego podamos romper tu maldicion.


Me despido de ti recordándote que el sol no sale para mi desde el dia que me fui y no te vi.

Gawain.

Ay...

-todo su rostro enrojeció de inmediato al recibir ese beso totalmente inesperado, bajo la mirada un segundo tratando de ocultar su vergüenza. Nisiquiera sabía que aún hacían esas cosas. Lentamente asintió y buscó su mirada nuevamente para contestar-

Entonces acepto sus servicios, sir Tristán... Aunque no sé qué tan necesarios Sean.