Y ella accede con sumo agrado, hallándole el gusto de siempre al encuentro, dulzón ésta vez pues entre el beso rió por el comentario, muy bajo, nada estridente— Al menos luces mejor que aquella noche en el bar. —diría con la sonrisa aún rondando en sus labios, bromeando y sintiendo un ligero escalofrío ante el recorrer de esa mano por su cuello, vulnerable al mero roce.
Pero poco ha de durar, pues se apartó para seguir contando el dinero que tenían disponible— Fueron buenos tiempos ¿cierto? Настолько, что я влюбляюсь в тебя —dijo lo último con tono teatral, dando un buen suspiro apenas para reír al contar los billetes.
Soy como el vino, siempre me pongo un poco más rico... Señaló con cuidado, mientras sonreía al sentir aquel beso, cuestión qué lo extendería solo un momento más, acompañando con su mano el mentón contrario, rodeando su cuello con la palma, elevándola un instante para cruzarse con sus ojos.
— Iba a decir que eso no era posible, pero al diablo, sí que lo es. —le acaricia el cabello apenas crecido, la sensación le hace cosquillas en los dedos al punto de hacer florecer una sonrisa que gradual decrece al acercarse a hurtarle un beso, uno sólo que se acompaña del roce de su nariz con la ajena.
