Britannia lloraba la pérdida de su Rey... y Altria había sido la única en la corte que no había derramado una sola lágrima. Uther la había preparado para aceptar el momento, para portar el peso de la corona con honor y dignidad. Un Rey no tiene tiempo para sentimientos, mucho menos para lamentos... Pero en secreto, no podía evitar cerrar los ojos y ver la imagen de su padre en su lecho de muerte. Sus ojos verdes apagándose poco a poco, fijos en ella. La última de los Pendragon. La última esperanza.