[code]─ もう黙ってろ。(cállate ya)─ exclamó en un tono serio.
Entonces se dio vuelta hacia ella, mirándole fijamente con ese par de ojos azules que no expresaban más que un vacío; era cómo mirar al abismo.
─ ¿Ni en esta situación cierras la boca? No eres muy inteligente ─soltó sin más.
Dejó el vaso en una pequeña mesa de cristal a su costado, tomó asiento en un sofá que daba la espalda al ventanal, y con todo el descaro del mundo le ordenó.
─ Levántate y desvístete ─ se cruzó de piernas y descansó los brazos en los posa manos laterales.
Era una orden sencilla, solo tenía que cumplir y todo estaría bien.[/code]