Frunció levemente ese ceño, unos pequeños celos que le desconcertaron se asomaron.
— ¿A qué te refieres? ¿Quedarte dónde?
Pensaba en el supuesto amigo de Eyra de pronto, no, no iba a perder la cabeza haciéndose ideas tontas, seguro se refería a cualquier sitio en caso de emergencia.
— Me reportare Eyra, así no te preocupas, no quiero preocupar a mi corderita ~
Dió besos suaves y lentos en el rostro ajeno, bastante dulce. ¿En qué momento se lo diría? Tendría el valor de hacerlo pronto, mientras disfrutaría más de ese momento con su castaña.
La euforia se apoderaba de su pecho, no entendía aún qué sucedía, ¿en qué momento permitió que sus sentimientos se descontrolen por Alex? Poco importaba ahora si sus labios se encontraban fundidos en un beso dulce con esa bella chica.
- Pero no seas tan descarada y avísame cuando te vayas a ausentar . . . Esos días me cuidare sola.
Su manera de reprocharle esos días sin estar juntas, pero lo hizo con un tono amable y divertido, sin soltarla.
Roja como tomate. Alex se lo había dicho de alguna manera, la amaba, la amaba tanto que se le salio aquello tan sincero y directo, no habían hablado de sus sentimientos de la una a la otra. La azabache alcanzó abrazarla también.
— Entonces... puedes confiar en esta loba, cuidara de su Cordera.
Su rostro estaba cercano al de la más baja, Alex observaba aquel rostro gentil, dejo una caricia en su mejilla teniendo la punta de su nariz con la de la castaña.
— ¿Es obvio no? ... Que te quiero cuidar.
El pulgar dejo una nueva caricia al pómulo ajeno rompiendo aquella poca distancia en un beso uniendo sus labios con los de ella de forma suave y tierna.
Con la misma naturalidad que recibía, Eyra preguntó con sencillez pero cayó en cuenta rápido de el peso de las palabras. La castaña emite una risita rápida y nerviosa, abrazándola después del beso que sintió en su frente.
- Tampoco podría hacerte daño. Eres . . . Demasiado importante para mí. ¡Algo así como mi otra mitad!
Le toma su mano entrelazando sus dedos manteniéndolo a la altura del pecho de ambas, esos orbes grises miraban a los de la castaña con una sonrisa.
— Se cuida lo que se ama
Se acerca dejando un beso pronunciado en aquella frente cargado de amor. Estaba con el corazón nuevamente latente cuando sucedían esos momentos con Eyra, lo había dicho natural sin pensar, había sido sincera.
Se guardó las palabras porque al ser besada por Alex no pudo pensar en otra cosa que no fuera besarla también. Lo hizo suave, por largos segundos en los que nuevamente muerde, estaba vez el labio inferior de la azabache. Jala suave sonriendo al soltar.
- ¿Nunca? Eso suena tan romántico. . . Mírate, siendo toda galante
