—Ah... Te gustan de esa manera—. Ahora entendió que lo había malinterpretado, esbozo una sonrisa amplia al escucharlo. Se aproximó a él para sentarse en su regazo y observarlo más de cerca. —¿Buen padre? ¿Y cuáles serían los regalos que le darías ai tuviéramos uno? Si me convences con tu respuesta acepto—. Rodeó el cuello de Aless con los brazos.

—Por supuesto que me gustan. —Declaró con una amplia sonrisa, embozando total tranquilidad incluso ante la toma errónea de su afán por los infantes—, los bebés son los seres más puros e inocentes. No existe malicia en ellos, son como pequeños ángeles. Ah.. deberíamos tener uno. Me aseguraré de ser un buen padre, Scar.

—¿Te gustan los bebes?—. Una de sus cejas se levanta incrédula. —Que pervertido eres... No sabía que tuvieras esos... Gustos—.