Pasó suavemente los dedos por su cicatriz, pero al escucharlo rodó los ojos y sonrió con ironía. —Entonces no uses mi maquillaje barato si te vas a estar quejando—. Bajó la mano y se comenzó a alejar para irse al sofá.

—Es claro que no lo viste. —sentenció para después dar un bostezo— Me la cubro todo el tiempo, no sé qué pasó hoy. Quizá tu maquillaje barato no sirve lo suficiente.

Comienza a acercarse para ver su cicatriz más de cerca, eleva su mano izquierda para poner las puntas de los dedos sobre su mejila. —No me había dado cuenta que la tenías. Estoy tan concentrada en joderte que no lo noté—.

—¿Sucederme? Nada. Estoy bien. —Fue hasta que se tocó las mejillas por sospecha que se dió cuenta—, ah, esto... Lo tengo desde siempre.

—¿Y ahora que te sucedió?—.